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Hallado muerto y maniatado un hombre en su piso de Sevilla

El grupo de homicidios del Cuerpo Nacional de Policía investiga desde la madrugada del lunes la muerte en extrañas circunstancias de un hombre de 27 años, Francisco C.C., cuyo cadáver fue encontrado atado de pies y manos y amordazado en la casa en la que vivía, en la calle Vib-Arragel de Sevilla, junto a la Alameda de Hércules. Según fuentes policiales, el hombre trabajaba como encargado de las cuentas de varios bares de la ciudad regentados por un mismo empresario, propietario también del piso en el que ocurrieron los hechos.

Aunque en un principio se pensó que la muerte de Francisco C.C. se debió a los golpes que recibió en una brutal paliza, las primeras investigaciones apuntan a que el joven falleció ahogado tras recibir un fuerte impacto en la nariz y ante la imposibilidad de respirar por la boca al encontrarse amordazado. Su cuerpo fue encontrado por el propietario del piso junto a la caja fuerte, a la que aún no ha accedido la policía, que sospecha de un posible ajuste de cuentas o de un intento de robo.

Según publicó ayer El Correo de Andalucía, el primer aviso a la policía llegó en la noche del domingo, cuando una vecina alertó de que en el piso se estaban escuchando gritos procedentes, al parecer, de una pelea en la que se habló de dinero. Sobre las 23.15 horas acudió a la casa un patrullero de la policía local que se marchó poco después tras intentar, sin éxito, que le abrieran la puerta del piso o que se identificara la persona que había avisado del suceso.

Pasada la media noche llegó el propietario de los bares en los que trabajaba el hombre, extrañado porque éste no había acudido a hacer la caja. Por la ventana observó un gran desorden en el inmueble y avisó a un cerrajero para entrar a la casa, donde encontró el cadáver. Hasta el momento no han trascendido datos de la autopsia que se le realizó el lunes en el Instituto Anatómico Forense de Sevilla.

El coche de la víctima aún se encontraba ayer por la tarde aparcado sobre la acera de en frente de la casa del hombre que, al igual que el vehículo, permanece precintada por la policía. Según un vecino, Francisco C.C. siempre dejaba su coche aparcado en el mismo lugar, de donde nadie lo ha movido desde que lo aparcó por última vez, el sábado por la tarde. "Parecía buena persona. Conmigo nunca se ha metido. Venía al bar, compraba unas baguets y unas cervezas y se las llevaba a su casa", explicaba ayer el dueño de un establecimiento muy próximo a la vivienda de la víctima.

La policía tiene abiertas varias hipótesis y baraja una amplia lista de sospechosos. La investigación ocular que lleva a cabo la Policía Científica está previsto que se prolongue hasta última hora de la tarde de hoy. Según fuentes policiales, esta labor, que se realiza con un secretario judicial que ejerce de fedatario, está resultando especialmente compleja debido al desorden en el que se encontraba el piso.

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