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La UE aprueba el mercado de emisiones de efecto invernadero

La compraventa de derechos se iniciará a partir de 2005

Gabriela Cañas

La UE aprobó ayer abrir el mercado de emisiones de gases de efecto invernadero a partir de 2005. La experiencia, pionera en el mundo, pone en marcha uno de los mecanismos del Protocolo de Kioto sobre cambio climático. Casi 50.000 empresas formarán parte de este ensayo en el que firmas y sectores podrán comprar y vender derechos para emitir las toneladas de dióxido de carbono que cada Gobierno les adjudique.

Entre 2008 y 2012, el mercado de emisiones funcionará a pleno rendimiento. De este comercio se espera un importante ahorro, lo que ayudaría a cumplir el compromiso de la UE de reducir en un 8% sus emisiones en 2008-2012 respecto a 1990, como establece en Protocolo de Kioto, que debería entrar en vigor en los próximos meses. Básicamente, cada gran empresa (sólo se incluye la industria de la combustión y la minera y de papel, es decir, cementeras, papeleras, fábricas de vidrio, de cerámica y acerías), una vez que reciba del Gobierno un determinado número de derechos de emisión, podrá comprar derechos a otras para contaminar más o reducir emisiones para vender las que ya tiene. El mercado se regulará casi por sí mismo por la oferta y la demanda.

La industria química y del aluminio quedan fuera de este mercado, que en principio tiene en cuenta las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero. De hecho, la moneda corriente será la tonelada de dióxido de carbono equivalente. Algunas empresas podrán quedar excepcionalmente fuera del sistema si, por ejemplo, su país aplica una tasa de CO2.

Las empresas que contaminen más de lo que les está permitido tendrán una multa. Para el primer periodo, de 2005 a 2007 inclusive, las multas serán de 40 euros por cada tonelada de exceso. Para el segundo periodo (2008-2012 inclusive), se elevarán a 100 euros por tonelada.

Para el primer periodo, las empresas recibirán los derechos en función de las emisiones que vienen efectuando y no tendrán que pagar. Dado que los gobiernos de la UE deben adjudicar tales derechos con vistas a reducir emisiones, es previsible que las empresas, salvo que hayan acometido ya importantes mejoras en sus sistemas de producción, se vean obligadas a reducir emisiones para no rebasar el número de derechos que les corresponda. Tras esa primera adjudicación, una empresa que logre contaminar menos podrá vender títulos de toneladas de CO2 y, por tanto, ganar dinero. El sistema está abierto a la especulación y no se descarta que se establezca una bolsa de emisiones en Londres que funcionaría como cualquiera de valores.

Para el segundo periodo, sólo será gratuito el 90% de los derechos que corresponda a cada empresa. El otro 10% se obtendrá por subasta, lo que les va a suponer a las empresas un desembolso inicial. Ese dinero irá a parar a las arcas de cada Estado y no a Bruselas, como clarificó ayer la comisaria de Medio Ambiente Margot Wallström.

Sólo EE UU, Reino Unido, Dinamarca y Alemania han ensayado ya un sistema similar. La UE, que a partir de 2008 podrá participar en el mercado de emisiones del Protocolo de Kioto, pretende así situarse para entonces en una posición de ventaja con un sistema ya engrasado en casa.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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