El 64% de los vascos teme que la pensión no le bastará al jubilarse

El 64% de los ciudadanos vascos en activo opina que la pensión pública no será suficiente para mantener su nivel de vida tras su jubilación. Por eso, siete de cada diez considera que es necesario tener un plan de pensiones complementario al de la Seguridad Social para mantener un nivel económico digno en el momento de jubilarse. Los datos proceden de una encuesta realizada por el Gobierno para conocer la opinión de los vascos ante la jubilación. El Departamento de Justicia, Trabajo y Seguridad Social es el que ha marcado las directrices sobre la temática a plantear.

La consejería que dirige Joseba Azkarraga es la que se está mostrando más activa en todas las cuestiones relacionadas con las pensiones y la jubilación. Hace varios meses ya encargó un estudio al Instituto de Economía Pública de la Facultad de Económicas de la UPV para determinar las consecuencias de establecer un modelo propio de Seguridad Social para Euskadi.

En la encuesta realizada por el Gabinete de Prospección Sociológica, dependiente de Presidencia, la población que no está jubilada muestra en general una sensación bastante pesimista sobre el futuro de las pensiones. En total, se entrevistaron a 2.855 personas en las tres provincias entre los pasados días 3 y 20 de octubre.

Sobre los recursos destinados a las pensiones de jubilación, casi siete de cada diez vascos asegura que son pocos, mientras que para un 25% son los justos. Preguntados por la institución que debería ser la responsable del sistema de pensiones, la mitad de los encuestados opina que la competencia debería recaer sobre las comunidades autónomas. Por el contrario, un 26% sostiene que es el Estado quien debe encargarse de esta gestión.

Planes individuales

La población no jubilada considera que la mejor edad para comenzar a tener un plan de pensiones complementario al de la Seguridad Social es entre los 31 y los 40 años. Aunque para el 72% de los vascos en activo es necesario un plan complementario, tan sólo un 31% destina ingresos a este fin.

Entre los que sí cuentan con este plan, un 5% indica que se trata de un plan de empresa y en un 22% de los casos es individual. La forma de suscribir este tipo de servicios también es variopinta. Así, un 7% se ha integrado en un plan por el consejo de un familiar o de un amigo, otro 7% lo ha hecho a propuesta de una institución financiera, un 4% por mediación de la empresa y un 1% por consejo de un sindicato. El resto no especifica su vía de acceso.

Preguntados los que cuentan con un plan de pensiones complementario, uno de cada diez beneficiarios destina entre el 5 y el 10% de sus ingresos; el 14% entre menos del 5% y tan sólo un 2% hace aportaciones que superan el 10% del dinero que ingresa mensualmente.

En el supuesto de que no se mantuviera el actual sistema de pensiones públicas, un 24% de los encuestados prefiere pagar más y mantener la edad de jubilación; un 29% impulsar los planes complementarios; un 3% retrasar la jubilación y únicamente el 1% apuesta por bajar las pensiones para seguir haciendo viable el sistema en el futuro.

Sobre la edad a la que los vacos creen que podrán jubilarse, uno de cada tres cree que lo hará a los 65 años; el 22% opina que antes de los 60 años; el 20% antes de los 65 y un 8% estima que se jubilará después de los 65 años.

Los jubilados de la comunidad autónoma disfrutan de la pensión contributiva media más alta de España, que en 2001 experimentó un crecimiento del 4,8%. Un jubilado vasco cobra de media 648,66 euros al mes. El importe de la pensión media estatal es inferior, 512,97 euros, lo que equivale a un 80% de la de Euskadi.

Esta diferencia se debe, principalmente, a la mayor extensión en el País Vasco del régimen de la Seguridad Social, donde se encuentran las bases de cotización más elevadas, así como a la menor incidencia del régimen agrario donde, por el contrario, las bases son bajas. Dentro de Euskadi, la pensión más alta corresponde a Vizcaya, seguida de Guipúzcoa y de Álava.

En la actualidad, los mayores de 65 años representan el 18% de los ciudadanos vascos, cuando en 1991 apenas rondaban el 12%. El crecimiento de la esperanza de vida ha propiciado esta subida.