Dos mujeres se disputan el último escaño del Senado en Luisiana
Las elecciones parlamentarias y locales del 5 de noviembre, que dieron un sonado triunfo a los republicanos de George W. Bush, aún no han terminado. Falta un escaño al Senado por Luisiana, donde ninguno de los candidatos logró superar el preceptivo 50% de los votos y donde ayer se celebraba la segunda vuelta entre la demócrata Mary Landrieu, en busca de la reelección, y la republicana Suzanne Terrell. La campaña se cerró el viernes en una situación de práctico empate, según los sondeos, y en un ambiente de máxima crispación. Ambas candidatas, que se detestan personalmente, fueron prolijas en el insulto.
Los republicanos ya tienen la mayoría en el Senado. Pero vencer también en Luisiana, donde los demócratas son hegemónicos desde 1833, tendría para ellos un alto valor simbólico. Bush se desplazó el martes a Nueva Orleans para apoyar a Terrell y comunicar a los electores, sin ningún disimulo, que su Estado recibiría grandes ayudas del presupuesto federal si daban su voto a la aspirante republicana, y quedaría, en cambio, marginado si Landrieu fuera reelegida.
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