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Los trabajadores de Fiat protestan en toda Italia contra los despidos

La empresa pacta medidas con el Gobierno y atribuye a los sindicatos motivaciones políticas

Miles de trabajadores de las seis fábricas de Fiat Auto en Italia participaron ayer en manifestaciones y protestas tras la ruptura, el jueves, de la negociación entre la dirección de la empresa y los sindicatos que amenaza el empleo de 8.000 trabajadores. Los ánimos están muy caldeados porque, ayer mismo, numerosos trabajadores recibieron ya cartas de despido por un año. Fiat ha pactado sus planes con el Gobierno, que acusa a los sindicatos de servir a intereses políticos.

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Mientras unos 7.000 empleados de la fábrica de Mirafiori se manifestaban por las calles de Turín, un grupo de sindicalistas de la planta de Arese, en Milán, de la Alfa Romeo (absorbida por Fiat hace 17 años), amenazada de cierre definitivo, tomaron la plaza del Duomo para denunciar la posición del Gobierno y la empresa que sellaron el jueves un acuerdo.

La diócesis de Milán se ha mostrado comprensiva con la situación de los más de mil trabajadores de Arese que forman parte del contingente inicial de 5.600 trabajadores que pasarán ya estas Navidades cobrando el seguro de paro. En Turín, los tres principales sindicatos del metal, Fiom, Fim y Uilm, presentaron ayer mismo un calendario de protestas que incluye cuatro horas de paro en la histórica fábrica de Mirafiori, el próximo lunes. Al mismo tiempo se desarrollará una manifestación en la que participarán personalidades políticas y de la sociedad turinesa.

Mirafiori es una de las plantas de producción afectada por el plan industrial que presentó Fiat Auto en octubre pasado para hacer frente a la deuda que lastra al grupo (algo menos de 6.000 millones de euros) y a la alarmante pérdida de cuota de mercado. Fiat ha dejado de ser la marca preferida incluso de los italianos que, en los últimos tiempos, han optado por otros fabricantes.

Ministros en BMW

En plena crisis de Fiat se ha sabido que incluso los ministros del Gobierno de centro-derecha que preside Silvio Berlusconi tienen coches oficiales BMW o de otras marcas de prestigio.

Mientras la Fiat guarda silencio, el Ejecutivo italiano ha acusado al principal sindicato, CGIL, ex comunista, de haber provocado la ruptura de las negociaciones por motivos políticos. El secretario general del sindicato, Guglielmo Epifani, rechazó ayer estas acusaciones: "No comprendo por qué Berlusconi sigue diciendo falsedades. El acuerdo ha sido rechazado por todos los sindicatos. Lo demuestra el número de trabajadores que se está manifestando". También la oposición criticó ayer al Gobierno por no haber sido capaz de resolver el que se presenta como el conflicto laboral más grave que afronta Italia en los últimos 20 años. "El acuerdo alcanzado es genérico e inaceptable por cuestión de método", dijo ayer el líder de los Demócratas de Izquierda (principal fuerza del Olivo), Piero Fassino.

La presión del Ejecutivo se centró en la planta siciliana de Termini Imerese, amenazada de cierre definitivo, al igual que la de Arese. Al contrario que en el norte, el futuro de los 1.800 trabajadores de Termini era muy incierto, en una zona sin industrias y controlada por la Mafia. Al final, Fiat accedió a remodelar la planta para fabricar en ella, a partir de septiembre de 2003, el Fiat Punto. Al mismo tiempo, Berlusconi accedió a mantener los incentivos a los vehículos ecológicos que fabrica Fiat. El Gobierno buscará el dinero necesario para pagar las jubilaciones anticipadas de unos 2.600 trabajadores de la fábrica de Mirafiori. La espada sigue pendiendo sobre más de 8.000 empleos de Fiat Auto, aunque nadie da por totalmente cerrada la partida.

Manifestación de trabajadores de Fiat, en la estación de tren de Porta Nuova, cerca de Turín.
Manifestación de trabajadores de Fiat, en la estación de tren de Porta Nuova, cerca de Turín.ASSOCIATED PRESS

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