La UE acepta negociar con Estados Unidos la liberalización del espacio aéreo transatlántico

Los ministros de Transportes de la Unión Europea han superado las reticencias y han asumido que se impone negociar con diligencia la creación de una zona aérea transatlántica con Estados Unidos en la que puedan competir en pie de igualdad las compañías, después de que el Tribunal de Justicia de la UE declarara ilegales los acuerdos bilaterales. La idea es la de conceder en marzo a la Comisión Europea un mandato que le permita cerrar antes de un año con la Administración estadounidense un acuerdo global de cielos abiertos.

El Gobierno griego, que asumirá a partir de enero la presidencia semestral de la UE, ya ha dicho que el diseño del mandato será una de las tareas prioritarias del Consejo de Ministros de Transportes. Técnicamente, la negociación no parece que se presente difícil, salvo en los derechos de vuelo en esa zona transatlántica y en la eliminación de las cláusulas actuales que vinculan estos derechos con la propiedad de la compañía.

Los acuerdos bilaterales existentes contienen "limitaciones muy estrictas" respecto a la propiedad y al control de las aerolíneas que obligan a los Estados miembros a reservar sus rutas internacionales para sus compañías nacionales y dejando fuera del mercado a competidores potenciales. El Tribunal de la UE considera que este instrumento viola el principio de libre establecimiento en el mercado único europeo.

La sentencia de los jueces que declaran ilegales los acuerdos de open skies firmados por Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Bélgica, Luxemburgo, Austria y Alemania con EE UU ha sido determinante en este cambio de actitud de los ministros de Transportes, pero también ha ayudado la disposición de la Administración estadounidense a sentarse a negociar con la Comisión Europea en lugar de con cada Estado.

El Ejecutivo comunitario afirma que la conclusión de un acuerdo de "nueva generación" es necesario para salvaguardar el sector aéreo europeo como uno de los principales actores mundiales y protegerlo de prácticas predatorias de terceros países. Lufthansa, la mayor compañía europea en pasajeros, con 40 millones, se queda muy lejos de los 110 millones de American Airlines.