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Reportaje:

Serrat recuerda el mar y a los gallegos en la Puerta del Sol

El cantautor amenizó en la sede de la Comunidad la celebración del aniversario de la Constitución

Fueron muchos años metidos dentro de cuatro canciones. Joan Manuel Serrat logró ayer emocionar a los cientos de personas que celebraban los 24 años de la Constitución en la Real Casa de Correos, la sede del Gobierno regional. Fue una emoción difícil de disimular la que se asomó a las palabras del presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cuando habló del noi del Poble Sec, como se conoce al cantautor.

Los años de dictadura, los años de transición, los años de democracia brincaron en los versos de Serrat. Cantó al Mediterráneo, y a ese mar para el que tuvo un recuerdo emocionado y emocionante de petróleo y de dolor. Porque ayer Serrat hizo suya la solidaridad de quienes le escuchaban en el patio de la antigua Dirección General de Seguridad y la mandó en un beso cálido a todos los gallegos.

Ruiz-Gallardón y Trinidad Jiménez se saludaron con un respetuoso beso

Mediterráneo, la canción de nana que su madre le cantara, Para la libertad, canciones que el ídolo de varias generaciones fue desgranando acompañado por el piano bellísimo de Ricard Miralles. Entre el público representantes de la cultura, de la iglesia, del ejército y la policía, de la política, de los sindicatos, de la empresa, de la gente de la calle: Antonio Gala, Francisco Valladares, José Manuel Parada, Antonio Chenel Antoñete y Curro Vázquez, Manuel Galiana...

Había empezado el delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui, recordando que esta fiesta lo era no sólo de todos los madrileños, sino también de todos los españoles.

Ruiz-Gallardón recurrió al corazón y a la memoria para presentar a Serrat. Sus palabras, defensa ardiente de la Constitución, fueron sólo una excusa para hacer caer sobre los asistentes el deseo de "una vida en libertad". Y, sobre todo, destacó que para él y para toda la Comunidad era una alegría enorme contar con el cantautor catalán en la sede del Gobierno regional. Aprovechó también para recordar a quienes en esta fiesta le habían precedido: Hilario Camacho, Ismael Serrano, Joaquín Sabina y Luis Eduardo Aute. "Todos", dijo, "con canciones reivindicando la libertad".

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El presidente señaló que la "lógica descentralizadora" con la que los ponentes de la Constitución redactaron su título VIII "debe dar ahora un paso más en favor de las Administraciones locales, como en la Comunidad de Madrid ya ha empezado a suceder gracias al avance legislativo que pronto hará posible el desempeño por los ayuntamientos de importantes funciones hasta ahora en manos de la Administración regional". Ruiz-Gallardón, aspirante ahora a la alcaldía de Madrid, afirmó que eso supondrá "un mayor nivel de eficacia en la gestión, y por tanto de calidad en los servicios, y la posibilidad de una participación más activa de la ciudadanía en los asuntos públicos, o, lo que es lo mismo, un autogobierno más intenso y capaz".

El presidente destacó que, precisamente, la Comunidad de Madrid es un ámbito abierto, en el que caben todos los idiomas y todos los versos. "Por eso", dijo, "he querido que Serrat cante en catalán y en castellano".

Efectivamente, el noi del Poble Sec comenzó su intervención con la bellísima canción de cuna que su madre le enseñaba de niño: "Por la mañana el rocío, a mediodía calor, por la tarde los mosquitos, no quiero ser labrador".

El poeta Miguel Hernández estuvo también presente en los versos de Para la libertad, que muchos de los espectadores pronunciaban, sin atreverse a cantarlos en voz alta. Triste que algunos pocos se retiraran, con disgusto, cuando empezaron a escucharse las primeras notas de esa canción. No importa. La de ayer fue de verdad una fiesta por la libertad.

Alberto Ruiz-Gallardón saluda a Trinidad Jiménez.
Alberto Ruiz-Gallardón saluda a Trinidad Jiménez.C. Á.

Brindis por los vencedores

Todos lo esperaban. Y por eso a nadie sorprendió que Trinidad Jiménez, candidata socialista a la alcaldía de Madrid, y uno de sus contrincantes, el actual presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón, se saludaran con un respetuoso, aunque cariñoso beso. Era lo esperado.Posiblemente tampoco sorprendió que los dos, cerca de los cuales se hallaba la también candidata de IU al puesto de regidor, Inés Sabanés, levantaran sus copas de vino en un festivo brindis. "Que gane el mejor", deseó Trinidad Jiménez. Y el presidente, con una amplia sonrisa, le contestó: "Gracias, Trini, por brindar por mí".Inés Sabanés, con la copa en alto, no pudo evitar mostrar su queja: "¿Por qué siempre olvidáis que yo también puedo ganar?". Cerca de ellos, Fausto Fernández, actual alcalde de Rivas-Vaciamadrid y candidato de IU a presidir la Comunidad, y Rafael Simancas, aspirante socialista al mismo cargo, departían relajados en medio del tumulto de los demás invitados.Fue la de ayer una jornada de calma. Una tregua en una batalla que se adivina difícil y a verso y fuego.

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