La policía decomisa 1.400 kilos de cocaína en un mercante de Panamá

Nueve meses de investigación y un arduo trabajo de vigilancias y análisis de información han permitido la detención de toda la tripulación del mercante Romios, de bandera panameña, en el que transportaban 1.400 kilos de cocaína de altísima pureza. El barco, que atracó el domingo en el puerto de El Musel (Gijón) para protegerse del temporal y para repostar, procedía de Puerto Cabello (Venezuela) y navegaba hacia Hamburgo.

Las investigaciones comenzaron hace más de nueve meses a raíz de la existencia de una organización en Madrid que tenía pendiente el envío de un fuerte alijo de cocaína de gran pureza, que pasaría la frontera colombiana y saldría en barco a través de Venezuela. Los agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid mantuvieron un estrecho control sobre la organización, hasta que detectaron el inminente envío del estupefaciente.

El barco tenía previsto atracar en un puerto gallego, pero la mancha de fuel procedente del Prestige motivaron un cambio de planes. Los agentes de Madrid se desplazaron hasta Gijón y en colaboración con sus homólogos asturianos procedieron a la detención de la tripulación del Romios. Éste entró en el puerto de Gijón con un cargamento declarado de chatarra. Una orden del Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional permitió su registro minucioso. El capitán, de nacionalidad alemana, y los otros diez tripulantes, de diversas nacionalidades hispanoamericanas, en su mayor parte venezolana, fueron detenidos y pasarán a disposición judicial.

Cuatro arrestos en Madrid

El ministro del Interior, Ángel Acebes, afirmó en Cádiz que en las próximas horas podrían producirse más detenciones en otros lugares de España. De hecho, agentes de la Udyco de Madrid efectuaron cuatro detenciones, en una operación coordinada, en un municipio de la periferia de Madrid, en la que, supuestamente, cayeron los mandos de la organización delictiva, según fuentes policiales. En los registros los policías se incautaron de gran cantidad de documentación, que está siendo analizada. Las fuentes policiales destacaron que estos últimos arrestos permitían aventurar" que la operación estaba "totalmente cerrada".

El alijo de cocaína, con una pureza cercana al 90%, según las primeras estimaciones, viajaba en paquetes rectangulares de un kilo cada uno de peso en unos 42 fardos ocultos en un doble fondo habilitado bajo la cubierta del mercante. Se estima, a expensas de que culminen las tareas de pesaje, que la cantidad de droga incautada alcanza los 1.400 kilos, uno de los mayores alijos de droga incautados este año.

Para acceder al cargamento fue necesario utilizar sopletes. El lugar recóndito utilizado para ocultar el alijo y el gran porte del buque, de 80 metros de eslora y 1.700 toneladas de peso muerto, dificultó el hallazgo. El registro, que se prolongó durante 24 horas, y en el que intervinieron perros adiestrados, se inició el lunes pero resultó infructuoso hasta que a media mañana de ayer se logró localizar el habitáculo donde había sido oculto el cargamento. Allí aparecieron los fardos de droga repartidos en paquetes de un kilo de peso.

La delegada del Gobierno en Asturias, Mercedes Fernández, explicó que la policía tenía "información complementaria que permitía ser razonablemente optimistas", pese a que la primera jornada de búsqueda concluyó sin éxito.