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Entrevista:RAMÓN RABANERA | Diputado general de Álava

"No necesito a ministros para defender mi gestión"

Ramón Rabanera (Vitoria, 1948) anunció anteayer su intención de presentarse a la reelección como diputado general de Álava en las elecciones del próximo mayo.

Pregunta. ¿Qué dudas tenía con su partido, el PP, y qué le ha decidido a presentarse?

Respuesta. Las dudas las tenía conmigo mismo y con mi familia. Han sido tres años especialmente duros. La situación anímica por el atentado de ayer [por el jueves] contra la academia me ha hecho decidirme. No se puede dar un paso atrás, y poco esfuerzo puedo pedir a la gente si no lo hago yo. Ayer, durmiendo en Madrid, me despertaron para decirme que habían atacado de nuevo la academia, y en el viaje de vuelta para hacer la denuncia y los papeles, tomé la decisión hablando básicamente con mi mujer. Nos guste o no nos guste hay que dar la cara. Me dijeron: "Ahora es cuando no puedes retirarte". Si no, no hubiera tomado esta decisión.

"No se puede dar un paso atrás, y poco esfuerzo puedo pedir a la gente si no lo hago yo"

P. Su decisión tiene riesgos. No es evidente que el PP vaya a ganar al PNV, dada la distancia mínima de 1999 y la subida del nacionalismo desde entonces.

R. Tampoco tanto. Lo que ha hecho ha sido concentrarse y con eso y todo ganó las autonómicas por 1.500 votos.

P. Pero ese efecto de concentración continúa.

R. Sí, pero ahora hay una buena gestión y una imagen de haberla hecho con una política de moderación por mi parte. Espero que eso se premie. Y el ciudadano alavés sabe que Álava es el contrapeso a la línea soberanista que lleva al final a la independencia y a lo que significa el mundo nacionalista en su conjunto.

P. Hablando de la gestión, ha habido mucha presencia del Gobierno central, muchos ministros de visita, pero al final no tanto dinero.

R. Eso es verdad, no ha venido todo el deseado, pero también es verdad que ha venido más que nunca y que yo soy reivindicativo también con los míos. El PNV, cuando se pide algo al Gobierno vasco, dice que no, que a ése no hay que pedirle.

P. Frente a su gestión y política de moderación, ¿no teme que le perjudique el discurso de enfrentamiento de su partido?

R. Yo soy responsable de lo que digo y hago yo. He hecho política no partidista, en mensaje y actitudes, siendo diputado general de todos los alaveses, salvo de los violentos. Nadie podrá decir que no ha sido recibido en mi despacho, ningún empresario podrá decir que ha sido apartado de concursos por ser nacionalista, ningún funcionario ha sido cambiado de despacho o apartado de responsabilidades por tener carné del PNV, cosa que a veces me han reprochado desde mi partido.

P. ¿Y no le inquieta que, pese a todo eso, dos años después de su victoria un nacionalismo más radicalizado ganara en Álava?

R. Sí me inquietó y me preocupa. No hicimos una buena camapaña. No ganó el nacionalismo, sino que perdimos nosotros, porque, con toda la buena intención, asustamos a la sociedad. A los partidos no nacionalistas no se nos perdona la mínima. Tenemos todas las razones, pero tenemos que mirar mucho las formas para conseguir que esa sociedad procedente o próxima al mundo nacionalista que también está perpleja ante el proyecto soberanista de Ibarretxe, que está con mucha incertidumbre, haga el tránsito al voto al PP. Y hay que hacer el esfuerzo, que yo he intentado, de que ese tránsito se le haga cómodo, le sea fácil.

P. La opción de Emilio Guevara por el PSE, que dicen que le ha dolido a usted, demuestra que no es fácil ese tránsito.

R. La propuesta de Ibarretxe ha sido mejor aceptada en el mundo batasuno que en el del PNV. Claro que no va a ser fácil que esa gente desengañada del nacionalismo se aproxime al PP, pero esto ha ocurrido ya: hace ocho años teníamos tres junteros. Y el PSE ha bajado algo, pero no tanto como para explicar nuestra subida. Hemos dado ese salto gracias a gente que votaba al PNV. Ahora tenemos que dar el último, pero sin crispar, haciendo cómodo ese salto.

P. ¿Va a pedir autonomía en la campaña, que le dejen hacer a usted y el Gobierno central se mantenga a distancia?

R. En la campaña vamos a decir lo que hemos hecho, luego lo diremos los que lo hemos hecho desde las instituciones. Nuestro éxito en 1999, que nadie creía que podríamos ganar, fue hacer una campaña de moderación, de lugar de encuentro, de estar cómodos todos. Ahora acudimos con la demostración de que ese lugar de encuentro ha sido posible, prueba de ello es que Álava ha sido el territorio menos crispado. Ése será el bagaje.

P. ¿Y pocos ministros?

R. Los ministros son bien recibidos cuando vienen, pero la campaña la tenemos que hacer los que estamos aquí, tenemos que convencer nosotros, los que vivimos aquí. Yo no necesito de ministros para defender mi gestión. Asumiré el riesgo de ganar y de perder, pero iré con mi bagaje y el convencimiento de que lo he hecho razonablemente bien.

P. Si ustedes no son primera fuerza, ¿cómo podrán justificar que le arrebatan el gobierno al PNV con un pacto con los socialista y ellos que se lo dan a una opcion menos votada?

R. Como lo ha hecho el PNV en cien ocasiones. Gregorio Ordóñez ganó y el PNV se apoyó en el PSE y lo mismo cuando ganó EA. Las mayorías son mayorías y también pueden producirse por coaliciones. Nunca podrá el PNV decir que no es democrático, porque lo ha hecho en cien ocasiones. Pero no va a ocurrir, porque la primera fuerza va a ser el PP.

P. Sería una mala hipótesis para usted, porque colocaría al PSE en condiciones de pedirles una de las dos instituciones. ¿Teme ser sacrificado si tiene peor resultado que en Vitoria?

R. No tengo ambición persnal; ya digo que repetir es un esfuerzo para mí. Haré todo lo que haga falta para que, mientras tengamos este nacionalismo -porque yo añoro el de hace unos años, al que yo le votaba presupuestos-, la Diputación de Álava esté gobernada por los no nacionalistas. Mi único temor es que el nacioalismo, este nacionalismo, recupere Álava.

P. ¿Ve alguna posibilidad de un apoyo socialista al PNV si este partido gana?

R. Yo espero que no, a tenor de lo que dicen los dirigentes socialistas. Han demostrado una gran responsabilidad y espero que valoren lo que significa para el PNV recuperar la última pata que les falta. Álava es la clave para el fracaso del plan Ibarretxe, que ha creado la mayor división social e incluso territorial. Si la sociedad alavesa le dice no, ese proyecto está acabado y creo que el PSE tendrá la misma percepción que yo.

P. ¿Será posible mantener la colaboración con el PSE en un contexto de enfrentamiento total ante la posibilidad de alternancia en las generales de 2004?

R. Lo fue en 1999 y también estábamos en vísperas de las generales de 2000. Estoy convencido de que superaremos las diferencias ideológicas, porque nos jugamos el futuro, todo, el bienestar, el desarrollo económico, pero, sobre todo, la libertad.

P. ¿Cree que el PNV ha renunciado a modificar la ley electoral antes de los comicios de mayo?

R. No. Si puede, lo hará. Yo no me fío, ya han dicho que no renuncian. Y lo terrible es la intención: querer primar electoralmente las localidades más pequeñas, donde saben que nos será más difícil hacer listas, porque hay más miedo. Me parece una falta de ética politica de gran calibre. Pero también me indica su miedo a volver a perder.

P. ¿Usted es de los que cree que la apuesta de Ibarretxe es estratégica o que una vez obtenidos los votos radicales que busca el PNV volverá más o menos a donde estaba?

R. Es una apuesta estratégica. Se creen el proyecto. Eso lo he visto en Ibarretxe.

P. Se dijo que usted fue partidario de acudir a la cita con el lehendakari.

R. Se podía o no haber ido, pero el problema no es ése, sino su proyecto.

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