El obispo y su 'hijo'

El obispo de Córdoba, Francisco Javier Martínez, declinó ayer referirse a las declaraciones de Miguel Castillejo, quien, en el curso de de una entrevista concedida al diario Abc, consideró "una utopía evangélica" la parte de la carta abierta del obispo que expresaba la necesidad de efectuar un cambio que adecuase Cajasur a los tiempos actuales. "Entenderán ustedes que un padre no hable de sus hijos ante los medios de comunicación", dijo, "la relación que existe entre un obispo y sus sacerdotes es mucho más estrecha que la que une a padres e hijos, y me permitirán que no haga ningún comentario, que podría empañar algo que para mí es sagrado".

Respecto al efecto que podría tener la polémica sobre la póliza de 2,9 millones de euros suscrita por Cajasur en favor de Castillejo y su familia, Martínez señaló que no puede valorarlo. "Yo soy sacerdote y obispo, no economista; las repercusiones que tengan las decisiones de los órganos de gobierno de la caja tendrán que medirlas los propios órganos de gobierno", indicó.

Sobre la propuesta de diálogo institucional que hizo en su carta abierta, difundida el pasado 14 de noviembre, y que hasta ahora no se ha verificado, el obispo señaló que "quien tendría que dar el primer paso sería yo, y hasta ahora no ha habido tiempo". Anunció su intención de dar este primer paso "cuando sea oportuno y no se haga daño a nadie".

En cuanto a las posibles consecuencias de esta polémica para la Iglesia, Martínez afirmó: "Yo sé lo que perjudican a la Iglesia mis pecados, y pido perdón al Señor por ellos. De lo que hagan los demás, el Señor es el único juez". El obispo presidió ayer el III Encuentro Diocesano de Adviento en Córdoba. "Todos deseamos que en la vida de los sacerdotes de Córdoba resplandezca el rostro de Cristo", aseguró, "un sacerdote debe ser alguien en quien se pueda encontrar la misericordia y la gracia del Señor".