El elefante y los lobos
No era necesario que en pocas horas murieran 16 personas en Mombasa, 6 electores del Likud en Israel y sólo un milagro salvara la vida a 261 pasajeros israelíes en vuelo hacia su patria para llegar a la terrible constatación de que nunca, desde que se abrieron los portones de los últimos campos de exterminio nazis, ha habido semejante terror colectivo en el pueblo de Israel como en la actualidad. La certeza de que es así y de que todo parece condenado a empeorar enloquece a los individuos y genera desesperación colectiva, pero además pone en evidencia a quien había prometido hace dos años "seguridad" a los israelíes y los ha sumido en un mar de miseria y de terror.
El gran elefante al mando del Ejército más poderoso de Oriente Próximo puede -ya lo ha demostrado-, iracundo, demoler a patadas muchas madrigueras repletas de lobeznos, pero no puede -aunque ahora vuelva a prometérselo a la manada- impedir que los lobos, tan pacientes y hambrientos como numerosos, le vayan robando sus crías. Los lobos tienen más y mayores partos que los elefantes. Y, por si fuera poco, la política del elefante ejerce como ciertas lunas llenas, transformando en lobos a quienes se sentían hombres. Son muchos. No les importa morir matando. Su especie no peligra; la del paquidermo, sí.
El fanatismo islámico de Al Qaeda no requiere de la política de Sharon para alimentar su odio y sus ganas de matar israelíes, norteamericanos u occidentales infieles en general. Pero hay que estar ciego para no ver que esta extraordinaria motivación y movilización terrorista islámica en todo el globo se la debemos en gran parte, tanto los aun vivos como los ya muertos, a que Sharon puede ser fino intrigante en litigios en su partido, pero como política de seguridad sólo entiende de matar lobeznos con su pata de elefante. Una pata, por cierto, que su único domador posible dejó suelta en un momento de enajenación y que ahora no logra que pise el lazo para volverla a atrapar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La línea 6 de Metro de Madrid recupera la totalidad del servicio
La estación Sol cierra la tarde de este lunes por el concierto del grupo Hakuna en la Real Casa de Correos
Muere James Ransone, actor en la serie ‘The Wire’ y en ‘It’, a los 46 años
El Club Taurino Tres puyazos presenta una muy dura Feria del Aficionado
Lo más visto
- Así te hemos contado las elecciones en Extremadura | El PP gana en Extremadura con 29 escaños, pero necesitará para gobernar a un Vox que crece
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Oona Chaplin: “Le conté a James Cameron que vivía en una cabaña en los árboles y que estaba iniciando un proyecto de permacultura con una amiga”
- Fernando Blasco, matemático: “Ganar el Gordo es más difícil que encontrar un regalo escondido en un asiento del Bernabéu”
- Manuel Bustos acepta seis meses de cárcel por cargar gastos privados a la Federación de Municipios




























































