Jacques Nolot describe el descenso a los infiernos de las salas X
La Mostra anuncia que el actor italiano Fabio Testi asistirá a la gala de clausura
Una película sencilla, casi teatral, sobre cotidianidad de una sala de cine X en pleno París se convirtió ayer en la gran revelación de la sección oficial de la Mostra de València, en la que también se exhibió la discreta cinta tunecina Le chant de la noria, del veterano Abdellatif Ben Ammar. Por otra parte, la organización del certamen anunció que la estrella internacional que asistirá a la ceremonia de clausura del próximo miércoles será el actor Fabio Testi.
En medio de la polémica sobre la inclusión de un ciclo denominado Escándalo, en el que se proyectan algunas películas con ciertos apuntes de erotismo, la irrupción de La chatte à deux têtes en la sección competitiva del festival parece casi una broma. Porque la segunda película como director del famoso actor francés Jacques Nolot es un descenso literal (el local se encuentra en un sótano) a los infiernos de las salas X que contiene escenas de sexo explícito homosexual y un buen número de personajes que sólo son identificables para aquellos que alguna vez han frecuentado los locales donde se exhiben cintas pornográficas.
Con una precisión minuciosa, la cámara de Nolot se cuela, sin ser invitada, en el territorio del sexo anónimo para ofrecernos una mirada indiscreta sobre los únicos locales de exhibición cinematográfica en los que lo que menos importa es la película que se proyecta en la pantalla. Y de ahí sale un filme crudo, molesto para el espectador sensible, en el que la oscuridad, magníficamente explicitada por la fotografía de Gérard Desmoulins, se convierte en metáfora de una afectividad vacía a la que se accede mediante el disfraz o la mentira.
La película de Nolot demuestra que las voces que se alzan en contra del sexo en el cine, a las que ayer se sumó el presidente de la Sociedad Valenciana de Bioética, José Hernández Yago, claman en dirección equivocada, porque en el cine contemporáneo el sexo está suficientemente integrado como para no producir sonrojo.
El aliento que sobre una decaída sección oficial echó La chatte à deux têtes no se vio sostenido por la segunda película presentada ayer, la tunecina Le chant de la noria, de Abdellatif Ben Ammar. El viaje de dos amigos de la infancia, reencontrados 20 años después, por el interior de Túnez sirve a Ben Ammar para construir una road movie que funciona bastante bien cuando a la pareja protagonista se le unen personajes secundarios de gran riqueza o cuando el paisaje adquiere, como en el western clásico, significado en la narración. Pero naufraga en el momento en el que recurre a un pasado común excesivamente confuso para explicar la relación entre los viajeros.
Por otro lado, la Mostra anunció ayer que el actor italiano Fabio Testi será la estrella de la gala de clausura que tendrá lugar el próximo miércoles, aunque, como en el caso de Ornella Muti, el certamen no haya programado ninguna película en la que ha participado el actor veronés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.