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Alcaldes y Generalitat aceptan que el AVE tenga la estación cerca del aeropuerto

Una lanzadera unirá las terminales con el tren de alta velocidad, el metro y Cercanías

La propuesta hecha el pasado jueves por el ministro Josep Piqué para que la estación del AVE esté cerca del aeropuerto, pero fuera del mismo, no es la mejor solución, pero es aceptable. Así se manifestaron ayer los principales responsables de las diversas administraciones catalanas (las locales y las autonómicas) y también los partidos políticos, con la única excepción de Esquerra Republicana. El nuevo planteamiento, sobre el que ha habido amplias conversaciones entre los responsables del Ministerio de Fomento y las autoridades locales, rompe el bloqueo en el que se econtraba el proyecto.

La fórmula anunciada por Josep Piqué antes incluso de que el Ministerio de Fomento la remita al Gobierno catalán tiene diversas ventajas: es más barata que la solución del bucle pactada entre el ministro Francisco Álvarez-Cascos y Jordi Pujol y recientemente rechazada por el propio Gobierno catalán; exige menos tiempo que la propuesta hace unas semanas por el consejero de Política Territorial, Felip Puig, y satisface enteramente las expectativas de los alcaldes de la comarca, que siempre han soñado con tener una estación intermodal en el Baix Llobregat.

Y así será la anunciada ayer por Piqué: una estación para el AVE, pero también para el metro, los trenes de Cercanías y regionales, que enlazará con las dos terminales del aeropuerto (la actual y la que se construirá entre la primera y la tercera pista) a través de un tren lanzadera cuyo perfil está aún por determinar de modo definitivo.

Tampoco está decidido el lugar exacto donde se ubicará la estación. Fuentes del GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias) apuntaron que un lugar ideal sería la confluencia del término municipal de El Prat con el de Sant Boi, junto a la autovía de Castelldefels.

La satisfacción era la nota común en las declaraciones de los políticos catalanes, aunque no faltaron algunas gotas de acidez. Lluís Tejedor, alcalde de El Prat, criticó que fuera el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué (que encabezará las listas del PP a las autonómicas por Barcelona), quien anunciara una obra que depende del Ministerio de Fomento. También CiU sacó las hachas, pero contra Pasqual Maragall. Los dirigentes nacionalistas pasaron por alto el hecho de que la propuesta se haga contra la opinión defendida desde febrero de 2001 por Jordi Pujol (partidario del bucle) para lanzarse al cuello de Maragall, que había ironizado sobre la improcedencia del ir en metro al aeropuerto.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, insistió en los aspectos positivos: "Se trata de una propuesta más barata y más fácil de ejecutar". Clos coincidió con Tejedor y con Felip Puig en la necesidad de que la estación del Baix Llobregat sea un verdadero nudo de intercambio entre todos los modos de transporte, un asunto que Piqué dejó sin precisar, pero que ha sido trabajado en las reuniones entre los municipios y Fomento.

Jordi Pujol y Artur Mas expresaron su satisfación por el anuncio, que, opinaron, abre las vías de solución al desencuentro entre el Gobierno central y la sociedad civil catalana, que siempre ha reclamado la conexión del AVE con el aeropuerto en vía principal (no con el bucle pactado por Pujol), mientras que el titular de Política Territorial, Felip Puig, aplazó la opinión hasta conocer el proyecto.

Incluso los ecologistas estaban contentos. La organización SEO/BirdLife emitió un comunicado en el que calificaba la nueva solución de "positiva", en la medida en que no afecta ni a los acuíferos ni a la zona de paso de las aves, "actualmente muy estropeada por las diferentes obras del plan del delta". La única excepción fue ERC, que tachó la propuesta de "inaceptable".

La satisfacción era la nota común en las declaraciones de los políticos catalanes, aunque no faltaron algunas gotas de acidez. Lluís Tejedor, alcalde de El Prat, criticó que fuera el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué (que encabezará las listas del PP a las autonómicas por Barcelona), quien anunciara una obra que depende del Ministerio de Fomento. También CiU sacó las hachas, pero contra Pasqual Maragall. Los dirigentes nacionalistas pasaron por alto el hecho de que la propuesta se haga contra la opinión defendida desde febrero de 2001 por Jordi Pujol (partidario del bucle) para lanzarse al cuello de Maragall, que había ironizado sobre la improcedencia del ir en metro al aeropuerto.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, insistió en los aspectos positivos: "Se trata de una propuesta más barata y más fácil de ejecutar". Clos coincidió con Tejedor y con Felip Puig en la necesidad de que la estación del Baix Llobregat sea un verdadero nudo de intercambio entre todos los modos de transporte, un asunto que Piqué dejó sin precisar, pero que ha sido trabajado en las reuniones entre los municipios y Fomento.

Jordi Pujol y Artur Mas expresaron su satisfación por el anuncio, que, opinaron, abre las vías de solución al desencuentro entre el Gobierno central y la sociedad civil catalana, que siempre ha reclamado la conexión del AVE con el aeropuerto en vía principal (no con el bucle pactado por Pujol), mientras que el titular de Política Territorial, Felip Puig, aplazó la opinión hasta conocer el proyecto.

Incluso los ecologistas estaban contentos. La organización SEO/BirdLife emitió un comunicado en el que calificaba la nueva solución de "positiva", en la medida en que no afecta ni a los acuíferos ni a la zona de paso de las aves, "actualmente muy estropeada por las diferentes obras del plan del delta". La única excepción fue ERC, que tachó la propuesta de "inaceptable".

Un éxito de la comarca

Sant Boi de Llobregat linda con El Prat de Llobregat. Un samboyano que quiera ir al aeropuerto andando no empleará más de una hora; en transporte público, en cambio, lo tiene fatal. Debe tomar primero los ferrocarriles hasta la plaza de Espanya de Barcelona y allí el metro hasta la estación de Sants, donde cogerá un tren de Cercanías hasta el aeropuerto. La estación de Renfe está en el extremo opuesto al puente aéreo: no menos de 10 minutos a buen paso. En coche, no se tarda más de siete minutos.Es una prueba más de la falta de comunicaciones en el interior de la comarca. La futura estación del Baix Llobregat tiene que contribuir, también, a paliar esta situacion.El Baix Llobregat tiene hoy más de 700.000 habitantes, lo que supone el 12% del total de Cataluña. Y supera el millón si se cuentan los residentes en L'Hospitalet, ciudad del Barcelonès en el límite entre ambas comarcas. Además tiene la población más joven de toda Cataluña.Es la primera comarca catalana en industria y la tercera en PIB. Su aportación por este concepto equivale al 1% del total de España.En los últimos cinco años, el crecimiento de la producción del Baix Llobregat ha sido superior al 5%.La comarca del Baix Llobregat no ha sido, sin embargo, especialmente mimada por el Gobierno catalán. Soporta ser cruzada por autopistas, autovías y ferrocarriles, y ahora llegaba el AVE y amenazaba, una vez más, con pasar de largo y no parar.Su alcaldes se rebelaron: el Baix Llobregat, afirmó hace un par de años el presidente del consejo comarcal, José Luis Morlanes, no puede perder este tren. Y para no perderlo estaban dispuestos a aceptar incluso el bucle, una opción de la que hoy todos abominan pero que ha sido defendida durante 20 meses por el Gobierno central y el autónomo. Morlanes sólo pedía ayer una reunión de la comisión de seguimiento y que se firme lo anunciado: la estación del Baix Llobregat.

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