Primer asalto
Varios municipios alaveses abren ya la batalla preelectoral entre populares y peneuvistas
El circo de las elecciones municipales ha levantado el telón. Se ha estrenado en dos ayuntamientos gobernados por el PNV y que pueden resultar estratégicos en la batalla de Álava, el gran reto de ambos partidos. Los alcaldes de Iruña de Oca, a ocho kilómetros al sur de Vitoria, y Oion, en la Rioja Alavesa, han intercambiado querellas, anuncios de querellas y acusaciones cruzadas con dirigentes del PP.
En Iruña, el PP acusa al alcalde nacionalista, Manuel Rivas, de entorpecer la construcción de un gran centro de ocio que se disponía a emplear a 1.400 trabajadores, y que se ha esfumado. También de destruir ilegalmente archivos históricos del Ayuntamiento. La respuesta del PNV es igual de contundente. Está dispuesto a denunciar al número dos de la Diputación, el popular Carlos Samaniego, por "injurias". Insinúa además que éste ha malgastado el dinero público en la parcela prevista para el centro de ocio. El alcalde nacionalista también aseguró ayer que el PP quiere inaugurar "este fin de semana" una sede en Nanclares de Oca "sin haber pedido ni licencia de obras ni de actividad". El PP replica que ni siquiera pensaba inaugurar la sede. Y así continúa el serial en una semana de constantes ruedas de prensa.
Para colmo, el Tribunal de Cuentas ha publicado un informe sobre la gestión del Ayuntamiento de Iruña de Oca en el que deja malparado a Rivas por una operación urbanística poco transparente. Este municipio, al que la Diputación quiere convertir en el tercero de Álava en población, es del todo atípico. De hecho, el PNV gobierna apoyado desde la oposición por un edil del PP, que el miércoles firmó un acuerdo en el pleno defendiendo al alcalde en contra de las acusaciones de la Diputación, también del PP. El otro edil popular está en la pura oposición.
En Oion, el municipio más poblado de la estratégica Rioja Alavesa, el PP ha desacreditado al alcalde, el peneuvista Alberto Ortega, al afirmar que ha usado una subvención foral para sanear las cuentas municipales en vez de para su destino original: bajar el precio de unas viviendas. El alcalde ha contraatacado interponiendo una denuncia en la Audiencia provincial contra el portavoz popular en las Juntas Generales, Santiago Abascal; el secretario de Política Local y parlamentario Iñaki Ortega, y el alcalde de Baños de Ebro, Roberto Blanco. Les acusa de repartir pasquines vertiendo sus acusaciones.
En las últimas semanas, ambos partidos han destapado sus cartas preelectorales. El PP ha desvelado desde Madrid que Álava y sus instituciones, sobre todo la Diputación, son el punto central de sus aspiraciones en mayo de 2003. El PNV apunta a igual lugar. Iñaki Gerenabarrena, presidente de su ejecutiva provincial, declaró la semana pasada: "No podemos tener dos administraciones que queden fuera del plan de Ibarretxe". Se refería a la Diputación y al Ayuntamiento de Vitoria. Y lo hizo el mismo día en que se conocían las luegos frustradas intenciones peneuvistas de cambiar la ley electoral en Álava.
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