ELA desbanca a Erne como primera central de la Ertzaintza por 102 votos
El sindicato independiente, abandonado por sus afiliados en las urnas, cede nueve delegados
El sindicato nacionalista ELA logró ayer una exigua victoria en las elecciones de la Ertzaintza frente al sindicato independiente Erne, al que relegó a la segunda posición por apenas 102 papeletas (un 1,8% de diferencia). El descenso de casi tres puntos en la participación frente a los comicios de noviembre de 1998 (un 79,69% frente al 82,5% anterior) y la rebaja en el censo de casi 200 agentes no explican por sí solos el fuerte retroceso de la central que encabeza Iñaki Castro, que ha perdido 933 sufragios en estas elecciones. "Lo cierto es que tenemos en la Ertzaintza unos 2.800 afiliados, pero no hemos logrado movilizar a nuestra propia gente. Y esto es un dato que debemos estudiar seriamente", aseguró a este periódico el destronado Castro. La Junta Rectora de Erne, que tiene previsto convocar un congreso ordinario para finales de marzo, valorará hoy los malos resultados.
La central nacionalista, que reunió en los meses anteriores a sus delegados en la Ertzaintza en Gernika para transmitirles la importancia de estos comicios, ha logrado 23 delegados, mientras que Erne se queda en 21, cediendo nueve representantes. Aunque la subida de ELA es uniforme en los tres territorios y en las diferentes comisarías, el sindicato nacionalista ha obtenido el mejor resultado en el territorio de Guipúzcoa, donde desbanca a Erne en votos, delegados y ampliamente en porcentaje. Por contra, Erne aguanta el pulso en las otras dos provincias, donde empata a delegados con ELA, pero gana en sufragios al nuevo sindicato mayoritario.
La otra gran novedad registrada en las cuartas elecciones de la policía vasca es el hundimiento de la central UGT -que ya había retrocedido en 1998 al perder cuatro de los siete delegados que poseía y no lograr representante en el Consejo de Policía-, en beneficio del Sindicato de Patrulleros de la Ertzaintza (Sipe), una reciente escisión del sindicato ugetista que se ha encaramado a la cuarta posición con 346 votos (6,17%) y tres delegados, dos más que UGT.
La unidad de acción en este ultimo año entre ELA, Comisiones Obreras y UGT la ha rentabilizado la central nacionalista, ya que UGT casi desaparece y Comisiones sube apenas 117 votos (un 2,8%) frente a 1998.
La central ELA, que ha desarrollado en estos cuatro años un creciente y sostenido enfrentamiento con el Departamento de Interior y que se vio fuertemente castigada por los ertzainas en los anteriores comicios, ha subido 282 votos, aunque en porcentaje aumenta su representación en siete puntos.
La Junta Electoral rechazó ayer la impugnación presentada por Erne de un delegado en Vizcaya. El sindicato independiente reivindicaba "un representante adjudicado por el sistema de restos al Sipe". La Junta determinó que, por "tres votos", el delegado correspondía al Sipe.
El único territorio donde UGT-Ertzaintza superó el 5% mínimo para obtener representación es Guipúzcoa, con 84 votos. UGT aseguró que la polarización de la campaña ha ido en su contra. "Quien ha ganado las elecciones ha sido el Departamento de Interior, porque tiene otros cuatro años de tranquilidad, ya que con Erne tuvo la legislatura más fácil que podía tener y ahora pasará lo mismo, pero con ELA", señaló un portavoz de esa central. Este comentario no concuerda con la idea que, en privado, manejan destacados responsables de Interior, que señalan las "enormes dificultades de mantener una negociación normalizada con una ELA que está en el monte".
Madrugada amarga
La noche fue larga en el cuartel general habilitado por Erne en su sede central en Bilbao. Los primeros datos que llegaron anticiparon los que vendrían luego durante todo el recuento: en Zumárraga, un bastión de ELA aunque con una fuerte implantación de afiliación de Erne, el sindicato independiente perdió 9 votos respecto a 1998, ELA ganó seis, UGT cedió tres sufragios al Sipe y Comisiones ganó un único voto. El resto de la noche mantuvo esta tendencia.
Al llegar al recuento de Beasain, comisaría donde trabajaban los dos patrulleros asesinados por ETA hace un año, los datos fueron contundentes: Erne perdía 15 y ELA ganaba dos. "En Galdakao somos 46 afiliados, pero sólo tenemos 24 votos y hemos perdido 25", indicó uno de los sindicalistas mientras se sacaba el porcentaje en ese municipio para apuntarlo en la pizarra. Mientras, en la mesa reposaban varias bandejas de pasteles y en la nevera algunas botellas de cava que no fueron descorchadas en toda la noche. Nadie se atrevía, a esas horas de la madrugada, a hablar de dulce derrota y lo que se palpaba más bien era desánimo. "Las expectativas que teníamos no se han cumplido", aseguraba visiblemente apesadumbrado el secretario general, Iñaki Castro. Nadie quiso comentar públicamente de qué manera podía haber incidido en esa abstención algunas manifestaciones de anteriores dirigentes de Erne y su presencia en actos organizados por ¡Basta Ya!
En la mesa central en la macrocomisaría de Erandio, la cara del representante de ELA, Kepa González, era el reverso. Hasta se le escapó alguna lágrima de emoción por el buen resultado. Ayer por la mañana, el discurso de ELA fue el del "sindicato de la coherencia", idea que repitieron tanto el secretario de la Federación de Servicios Públicos de la central nacionalista, Patxi Agirrezabala, en Radio Euskadi, como, posteriormente, el responsable de ELA-Ertzaintza, Mikel Intxausti, en la SER. "Los resultados tienen una lectura, en primera instancia, claramente sindical (...) aunque nada es aséptico". "Valoramos el hecho de que ELA haya mantenido una posición crítica con respecto a las posiciones que sobre la Ertzaintza se están manteniendo, tanto desde las utilizaciones que se vienen haciendo, muy interesadas, y que contaminan el ambiente", añadió Agirrezabala en un tono más críptico, aunque presumiblemente referidas a la actuaciones de la Ertzaintza a la hora de hacer cumplir los autos de Garzón.
CC OO se felicitó de que el resultado impida la "existencia de una mayoría de sigla única" en la negociación, así como del voto en "clave laboral" de los ertzainas, "retirando la confianza y destituyendo" a los sindicatos que "no cumplen sus expectativas laborales o acaban siendo instrumentos al servicio del consejero de turno".
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