Menos imagen y más política
- Alergias alimentarias. "He leído una carta en la cual unos padres aseguran estar desconcertados porque en el colegio donde estudia su hijo, que padece alergias alimentarias, han suprimido el menú especial del que hasta hace poco disponía", dice una lectora. "Debo decirles que no están solos en su problema y que existe una asociación española que defiende los intereses de las personas alérgicas a los alimentos: se llama Aepna y su teléfono es el 91 560 94 96, de Madrid".
- Sistema muy caro. "Creo que es excesivamente caro el nuevo sistema de estacionamiento en Madrid", dice Héctor, "y eso que estoy de acuerdo con el principio de que debe pagarse el descarte privado del transporte público, pero no a ese precio. Nadie sin necesidad saca el coche por Madrid porque le da la gana", añade, "sino porque no puede acceder, o no sabe que puede acceder, de otra manera".
- Por la amnistía de las multas. "Pienso que la mejor manera de reconciliar a los madrileños con sus políticos sería la de promulgar una amnistía para las multas de tráfico", dice Benito. "No digo esto por conveniencia propia, ya que no tengo vehículo y siempre viajo en autobús o metro; pero creo que los conductores no son los únicos responsables de los padecimientos que causa el tráfico privado de automóviles por la ciudad, sino, sobre todo, aquellos que lo diseñan y quienes lo diseñan son las autoridades políticas. Por ello, creo que para iniciar una nueva etapa, con más disciplina, con menos empleo de los vehículos privados y más transporte público, sería una medida excelente decretar esa amnistía, como borrón y cuenta nueva, que podría moralizar, con un poco de deportividad, la relación que la ciudadanía debe mantener con sus representantes políticos y sin olvidar, a partir de ahora, que la disciplina en el tráfico es crucial para la vida de una ciudad".
- Ruido grotesco. "Verdaderamente resulta grotesco que la mayor parte de los servicios municipales más importantes para la ciudadanía, desde la basura a la sanidad o el medio ambiente", dice Cosme, "empleen una serie de aparatos o vehículos que emiten un desaforado volumen de ruidos. Me refiero, naturalmente, a los camiones de basura, con su enorme molienda, a las ambulancias, que nunca usan las señales ópticas, aunque la vía esté despejada, o a los recogedores de hojas, un verdaderamente infernal aparatejo diseñado para incordiar a todo el mundo, empezando por el propio operario que debe acabar la jornada totalmente majareta. Por ello", dice, "pido a los jerarcas municipales que den ejemplo y utilicen instrumental silencioso".
- Carestía perversa. "Lo perverso de la carestía de viviendas", dice Almudena, "es que convierte a los pequeños propietarios en potenciales especuladores, ya que, al calor de las subidas generalizadas, se apuntan a incrementar los precios de sus pisos, sin saber que la propia dinámica en la que se meten les lleva a que si logran vender su piso a un alto precio, los grandes propietarios de suelo y de viviendas ya se encargarán de subir los de los segundos pisos a los que pudieran trasladarse los vendedores de su primera vivienda", señala.
- Política sí, imagen no. "Me da mucha pena que la incipiente campaña electoral, como siempre, se oriente más sobre la imagen de los propios políticos que sobre su capacidad política" dice Ana. "No nos interesa saber si tal candidato tiene la bendición plenaria de su partido, cara bonita o si juega al pádel, lo que en verdad me gustaría saber es, primero, si se trata o no de una persona demócrata, es decir, no autoritaria pero con la autoridad moral que le da el haber sido designado por una mayoría, representativa; y, segundo", añade, "qué soluciones piensa aplicar a lo que los ciudadanos consideramos problemas: paro, vivienda cara y tráfico. Y, sobre todo", concluye, "qué medidas propone para enfrentarse a los responsables de esos problemas que, a mi juicio, son los intereses privados de los dueños del trabajo, de los pisos y del tráfico, enfrentados a los intereses de todos".
- Desconcierto. "Es muy penoso ver tantas personas de edad desconcertadas por unas calles de la ciudad que no han sido pensadas para los viandantes sino sólo para los automóviles", se lamenta Esperanza.
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