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Schröder permite a EE UU utilizar sus bases en Alemania en caso de una guerra con Irak

El Gobierno de Berlín mantiene su negativa a enviar tropas a la zona del golfo Pérsico

Javier Moreno

EE UU dispone de autorización para utilizar el espacio aéreo alemán en caso de guerra contra Irak. Washington también podrá utilizar sus bases en el país. Y sus soldados harán escala en suelo alemán rumbo a Oriente Próximo. Con estas concesiones, el canciller Gerhard Schröder trata de recomponer la deteriorada relación con George W. Bush sin romper su promesa de no participar en un ataque militar contra Sadam Husein, una negativa que desató la crisis diplomática más grave entre Alemania y Estados Unidos desde el final de la II Guerra Mundial.

El conflicto está lejos de haber concluido. EE UU también ha solicitado a Alemania abundante material militar. Entre otros, sistemas antimisiles y equipos especializados en combatir armas químicas, biológicas y nucleares, en previsión de que la guerra contra Irak tome proporciones inesperadas. La petición explícita de material militar ha puesto contra las cuerdas al Gobierno de Gerhard Schröder, dividido entre la necesidad de no desairar más a un aliado como EE UU y la voluntad de mantener la promesa electoral del canciller.

Schröder se reunió ayer de urgencia con los jefes de los grupos parlamentarios del Bundestag para tratar de frenar la polémica en Alemania. En esa reunión a puerta cerrada, a la que asistieron Joshcka Fischer, el ministro de Exteriores, y Peter Struck, de Defensa, el canciller confirmó que Washington podrá utilizar el espacio aéreo alemán si estalla la guerra. Según algunos de los asistentes, citados por la prensa alemana, Schröder afirmó que no proporcionará material militar de ningún tipo a EE UU. Otros sostienen que el canciller se mostró ambiguo, sin revelar si accederá a la petición de Washington o se arriesgará a deteriorar la tensa relación con Bush.

El canciller sí confirmó ayer que se ha negado a la petición de la Administración estadounidense de poner a su disposición los 52 soldados alemanes y los seis carros de combate Fuchs desplegados en Kuwait en el marco de la operación antiterrorista Libertad Duradera.

La angustia sobre lo complicado de la decisión ya ha llevado al Gobierno a cometer varios errores. En una entrevista de televisión el domingo por la noche, el ministro de Defensa negó que Washington hubiese solicitado misiles Patriot. "Es una noticia falsa", dijo Peter Struck. "¿No los han solicitado?", se le insistió. "Eso es", dijo el ministro, rotundo. Ayer, tras confirmarse la noticia, Struck se vio en un aprieto.

Mentiras de un ministro

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Los portavoces del Ministerio de Defensa argumentaron que en la misiva que Washington ha enviado a Berlín se habla de "sistemas antimisiles" y no de misiles Patriot, una precisión para evitarle al ministro la vergüenza de admitir que mintió en público.

El Ejército alemán dispone de otros sistemas, como el Roland, de tecnología francesa, o el Hawk, estadounidense, además de los misiles Patriot, pero fuentes militares afirmaron al Süddeutsche Zeitung que "en las actuales circunstancias, y desde el punto de vista técnico, los estadounidenses están pidiendo misiles Patriot".

El problema de Schröder se centra ahora en el alcance de su promesa electoral. ¿Qué significa no participar en un ataque militar contra Irak? El canciller trata de limitar esta promesa al empleo directo de soldados alemanes en el conflicto, lo que le dejaría las manos libres para apoyar a EE UU de otras formas. En la guerra del Golfo, en 1991, el Ejército alemán no participó directamente, pero Alemania contribuyó con 17.000 millones de marcos (unos 8.500 millones de euros) al esfuerzo bélico contra Sadam Husein.

A lo que sí ha accedido Alemania es a proporcionar los famosos misiles Patriot a Israel. La petición se produjo hace más de un año, y se renovó recientemente tras la escalada de la tensión prebélica en la zona. "La seguridad del Estado israelí es de la mayor importancia para nosotros", dijo Schröder, "por razones históricas y morales", en referencia al exterminio de más de seis millones de judíos en la Alemania nazi.

Schröder, con su ministro de Defensa, Peter Struck (izquierda), y de Exteriores, Joschka Fischer, ayer en Berlín.
Schröder, con su ministro de Defensa, Peter Struck (izquierda), y de Exteriores, Joschka Fischer, ayer en Berlín.REUTERS

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