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Zaplana decide prescindir del responsable de Aguas de Valencia

El consejo de administración se reúne mañana en París

El resultado de la batalla desatada en el seno del PP por el control de Aguas de Valencia (AVSA) está en manos del consejo de administración de la sociedad que tiene previsto reunirse mañana en París. Miembros del consejo afirman haber perdido la confianza en Aurelio Hernández, consejero delegado situado al frente de la compañía con el aval de la Generalitat, y auguran su destitución. Otras fuentes sugieren que el embite de una gran constructora sobre la adjudicataria del suministro de aguas a la ciudad de Valencia es el telón de fondo del actual conflicto.

Aurelio Hernández fue nombrado consejero delegado de AVSA como resultado del proceso de fusión de la sociedad con Egevasa, la empresa de aguas de la Diputación de Valencia, que fue el colofón de un proceso de valencianización de la sociedad desarrollado a meses vista de la revisión de la adjudicación del contrato de suministro de agua potable a la ciudad de Valencia para otras cinco décadas. Hernández es alcalde de Cárcer por el PP, era presidente de Egevasa, miembro del consejo de RTVV y hombre de confianza de Manuel Tarancón, actual consejero de Educación y Cultura.

La valencianización de AVSA culminó con la entrada de dos sociedades de Castellón, Facsa y Lubasa, a costa de acciones que detentaba el BSCH.

Resuelta la renovación del contrato en Valencia y aparentemente superadas las diferencias entre los accionistas franceses, del grupo Bouygues, españoles y valencianos, AVSA disfruta de un negocio cautivo con ingresos tasados pero seguros.

Una alta fuente de la Generalitat sugiere que las actuales turbulencias derivan de un supuesto pacto entre caballeros para ceder la plaza de consejero delegado de AVSA a Juan Francisco García, que fuera jefe de gabinete de Eduardo Zaplana hasta que el presidente de la Generalitat fue nombrado ministro de Trabajo en julio pasado.

De acuerdo con esa versión, Hernández se habría negado a ceder su puesto a García y un mero enfrentamiento personal habría desatado la batalla.

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Otras fuentes apuntan al interés de la constructora ACS por entrar en el capital de AVSA como detonante de las actuales turbulencias. Una versión oficiosa sugiere que Hernández habría acordado con los actuales accionistas de Aguas de Valencia plantar cara a los embites de ACS, y que esa decisión es la que habría minado su actual posición.

Competencia

Un representante empresarial valenciano comenta que tanto Facsa como Lubasa "se dejarían cortar la mano" antes de consentir la entrada de un poderoso rival directo en AVSA. Pero, sobre todo, desdeña la participación directa de políticos o cargos de confianza en negocios privados.

Un portavoz de Facsa confirmó que el interés de ACS por participar en Aguas de Valencia se arrastra desde hace tiempo y expresó su radical oposición a una operación semejante.

Los accionistas de AVSA acordaron una opción de compra preferente cuando el BSCH decidió vender su participación del 20% en la sociedad y, de hecho, asumieron todas las acciones cedidas por el banco. Con tales precedentes parece complicado controlar la sociedad.

Vicente Boluda, presidente de la compañía, declaraba hace apenas tres semanas en una entrevista concedida a EL PAÍS que la situación de AVSA "está encarrilada y se van multiplicando los resultados".

Pero el consejo que la empresa tiene previsto celebrar mañana en París parece llamado a despojar a Hernández de sus poderes delegados. Miembros del consejo auguran que la decisión será unánime.

El Banco de Valencia, que controla un 17% del capital, parece decidido a abrir el fuego contra el consejero delegado debido a una supuesta "pérdida de confianza" y mala gestión.

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