La Xunta revela ahora que 11.000 toneladas de fuel avanzan hacia Galicia desde alta mar
El consejero de Pesca admite que han aparecido nuevas manchas en el lugar del hundimiento
Santiago de Compostela Las cifras oficiales siguen bailando día a día, y ayer lo hicieron de modo alarmante. El consejero de Pesca de la Xunta de Galicia, Enrique López Veiga, reveló que, según los cálculos más fiables, unas 11.000 toneladas de fuel derramadas por el Prestige horas antes de hundirse continúan en el mar. Esa enorme concentración de combustible -que dobla los cálculos oficiales divulgados hasta ahora- anda a la deriva, acercándose a Galicia, en una zona situada a unos 150 kilómetros al este de Finisterre. Si alcanzara la costa, puede que lo peor de la marea negra esté aún por venir. En sus partes más densas, la mancha "parece mousse de chocolate", anotó en su informe el piloto de uno de los helicópteros de la Xunta.
Cada día un poco más, las cifras oficiales empiezan a acercarse a lo que desde hace tiempo avisaban los técnicos: que los derrames de combustible del Prestige alcanzan las 20.000 toneladas, casi la cuarta parte de su carga total. Todavía el pasado viernes, el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, hablaba de un total de 11.000 toneladas vertidas: 5.000 en el primer momento del accidente, cerca de la costa, y 6.000 en alta mar, cuando se partió en dos, horas antes de hundirse. Pero la Xunta disponía ayer de cálculos nuevos y más pesimistas, realizados a partir de informes técnicos propios y de organismos franceses y portugueses. Según esos datos, la mancha que hay todavía en el mar es casi el doble de lo previsto por Rajoy: 11.000 toneladas.
¿Hacia dónde irá? Difícil de precisar, porque el viento es un factor siempre imprevisible. Por Internet circulan decenas de predicciones más o menos científicas. El consejero de Pesca, que ayer compareció ante el Parlamento autonómico, aludió a cinco modelos distintos, españoles, portugueses y franceses. No ocultó que existe el "problema potencial" de que la mancha llegue a la costa gallega. Sería la tercera oleada de la marea negra y probablemente la peor de todas. La primera tocó tierra el sábado 16, y provenía en su mayor parte de las 6.000 toneladas de fuel que había perdido el Prestige dos días antes, al sufrir una vía de agua. La segunda, menor pero más persistente, son las esporádicas avalanchas de combustible que siguen llegando al norte de A Coruña desde hace una semana, provenientes del reguero que fue dejando el buque en su peregrinaje frente a la costa.
De todas las hipótesis sobre el avance de la mancha, López Veiga prefiere quedarse con la más optimista, elaborada a partir de predicciones del Instituto Nacional de Meteorología: que en el plazo de 72 horas el combustible avance hacia el norte y deje atrás Galicia, lo que trasladaría la amenaza a las costas francesas. La más pesimista es de un organismo público portugueses y no descarta que alcance las Rías Baixas. El consejero dice que se basa en predicciones meteorológicas "desfasadas". La tercera, la que algunos técnicos consultados consideran la más probable, es que la contaminación derive de nuevo hacia la zona ya castigada.
López Veiga también reconoció que, como venía advirtiendo Portugal, han aparecido nuevas manchas muy tenues en el lugar donde se hundió el buque, hace hoy una semana. Pero el consejero discrepa de la interpretación que hacen los técnicos portugueses, convencidos de que está aflorando a la superficie combustible procedente de los restos del petrolero.
El buen tiempo permitió ayer que los dos barcos anticontaminación disponibles, uno francés y otro holandés, trabajasen en alta mar contra la gran mancha a la deriva. Entre ambos recogieron el domingo 900 toneladas. El buque alemán de refuerzo llegó ayer, después de que las autoridades germanas esperaran varios días a que España lo pidiese. Los dos británicos están aún en camino.
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