El dueño de la finca usada en la boda de Ana Aznar tiene contratos del Estado

Izquierda Unida sostiene, a través de una documentación facilitada por el Gobierno, que la persona que prestó gratuitamente su finca para la boda de la hija del presidente del Gobierno tiene contratos con la Administración pública. Javier Moreno García, dueño de la finca Arcos del Real, donde se celebró el enlace, es consejero de Novotec Consultores, que ha contratado con la Administración más de un millón de euros desde que el PP llegó al Gobierno.

El diputado de IU Luis Carlos Rejón, al conocer la identidad de la persona que prestó gratuitamente la finca para la boda a Ana Aznar con Alejandro Agag, ex asesor del presidente del Gobierno, pidió al Gobierno los contratos con la Administración que la empresa de éste hubiera podido tener desde 1996, año de la llegada al poder del PP. Tras el anuncio de la boda, Agag comenzó a dejar sus cargos políticos. El último que le queda, el de secretario ejecutivo de la Internacional Demócrata de Centro, lo abandonará en una reunión en la isla griega de Corfú el próximo día 30.

En una primera contestación, que ya ha anunciado que tendrá continuación, el Gobierno enumera una serie de contratos de la empresa Novotec Consultores con la Administración, y especialmente con el Ministerio de Agricultura. Sólo desde 1998, etapa a la que pertenece el primer informe enviado por el Gobierno al diputado Rejón, Agricultura ha firmado tres contratos con Novotec por un valor total de 888.636 euros. En total, los contratos que el Ejecutivo ha reconocido hasta ahora asciende a 1.168.974 euros.

Rejón considera que, aunque está por ver si este comportamiento es o no legal, lo que es seguro es que resulta "políticamente muy incorrecto" que un presidente del Gobierno acepte este regalo.

Rejón calcula que a la familia Aznar le hubiera costado alrededor de 6.000 euros pagar una finca adecuada para sus mil invitados, como la de Arcos del Real. Y ese ahorro le parece al diputado de IU aún más escandaloso porque considera que, con su sueldo, el presidente del Gobierno podía perfectamente haber asumido este coste adicional para la boda de su única hija, sin necesidad de recurrir a la "indefendible" costumbre de aceptar cierto tipo de regalos.