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Sólo el 9,6% del alumnado de los institutos públicos elige religión

"El hecho religioso es una cuestión privada", dice la presidenta de la asociación de padres

Mar Padilla

La escuela pública y la privada concertada se diferencian -entre muchas otras cosas- en el grado de popularidad que tiene la asignatura de religión entre sus alumnos. Según datos del Departamento de Enseñanza del año 2000, en primaria, el porcentaje de niños que optaron por esta asignatura fue del 37,6% en la escuela pública y del 76,3% en la privada. La diferencia se dispara en secundaria. Sólo el 9,6% de los adolescentes de los centros públicos fueron a clase de religión, mientras que en los concertados el nivel se mantuvo en el 71,2%.

La normativa actual obliga a los centros -públicos y privados- a ofertar la asignatura de religión, aunque la declara opcional para los alumnos, si bien la decisión corresponde a los padres o tutores. Por ser opcional, la franja horaria que ocupa esta asignatura no puede ser utilizada para reforzar otras asignaturas, sino que debe rellenarse con otros estudios alternativos a elección de cada centro, lo cual da lugar a situaciones curiosas que, a veces, rozan el absurdo.

En Cataluña hay 557 profesores de religión en Primaria y 371 en Secundaria. La Administración paga el salario de estos docentes, aunque son seleccionados por la jerarquía católica, que puede no renovarles el contrato si así lo considera oportuno. Esta facultad es decisiva, según aseguran numerosos expertos educativos, para que la clase de religión se convierta, de hecho, en una catequesis católica y no en unos estudios académicos sobre las religiones. El pasado miércoles, los directores de nueve institutos públicos del Maresme enviaban una carta al Departamento de Enseñanza denunciando, precisamente, este "contrasentido" y sugiriendo que esta asignatura sea retirada del plan de estudios.

El viernes fue Raimon Guilera, el presidente de la FAPAC, la asociación de padres de la escuela pública catalana, quien denunció que la Administración "ha cedido a la presión de los estamentos religiosos y cada vez se va más para atrás". Desde la postura "de absoluto respeto hacia el hecho religioso", añadía la nota de Guilera, la federación se declara "totalmente en contra" de la impartición de esta asignatura en las escuelas desde el punto de vista confesional. Guilera, que recordó que la FAPAC siempre ha defendido la escuela pública, gratuita y laica, razonó que "desde el punto de vista pedagógico no es educativo separar a los niños por motivos étnicos, ideológicos o religiosos" y que, por tanto, la asignatura sólo tiene sentido desde un punto de vista "histórico, social o filosófico, es decir, de interés para todos los alumnos".

Cada vez son más los institutos y escuelas en las que los padres y profesores establecen fórmulas de resistencia contra el corsé que supone la asignatura de religión. En el Instituto Els Tres Turons de Arenys de Mar (Maresme) sólo el 8% de los alumnos de secundaria han elegido religión. El 92% restante debería cursar una asignatura alternativa, pero sólo la mitad acude a clase. Los dos días a la semana que toca religión, estos padres no llevan a sus hijos al colegio hasta las nueve de la mañana, justo cuando se acaba de impartir esta asignatura.

El director de este instituto, Enric Torras, explica que se han declarado "objetores de conciencia" porque "no están en absoluto de acuerdo con que se imparta clase de religión en el colegio, ni que se tenga que hacer otra cosa si no se acepta". El director está "sorprendido" por el grado de movilización de los padres ante esta cuestión: "Hacía mucho tiempo que no veía a tanta gente exigiendo sus derechos como ciudadanos".

Esther Serradó, presidenta de la asociación de padres de Els Tres Turons, es más rotunda: "No hay derecho a que te obliguen a hacer religión u otra alternativa y no quremos que el Gobierno imponga esta asignatura". Serradó añade: "Todos los padres estamos de acuerdo en que el hecho religioso es una cuestión privada, un poco como las convicciones políticas, y por tanto es un asunto sobre el que los demás no tienen por qué inmiscuirse". Serradó está en contacto con padres de otros municipios como Badalona para luchar conjuntamente en contra de la asignatura de religión.

El ajedrez como filosofía

En el instituto Els Tres Turons, gran parte de los alumnos optan por el ajedrez como clase alternativa a la religión. A partir del conocimiento de las reglas del juego, además de sus orígenes, su historia y evolución a lo largo del tiempo, el ajedrez se usa como objeto de análisis filosófico. Así, los estudiantes no objetores aprenden hábitos de orden, a tener respeto al contrincante y a desarrollar valores como la valentía, la reflexión y la responsabilidad ante las propias decisiones. "El juego es como una representación de la vida del hombre", declara el profesor Luis Rodellino, que imparte esta asignatura, ideada por la profesora de filosofía Ana Masó. Los 64 cuadros del tablero, los colores opuestos y las piezas, la posibilidad combinatoria de jugadas "tienen un fuerte componente educativo que debe aprovecharse, y los chavales están encantados", asegura Rodellino. Además de las virtudes del tablero, los jóvenes tienen también la posibilidad de desarrollar el hábito de la lectura. Los chicos deben leer La novela de ajedrez, de Stefan Zweig, donde el autor austriaco narra las vicisitudes de dos jugadores de vidas opuestas. El libro, como la clase de Rodellino, revela la existencia como un juego y una lucha. "La verdad es que la clase tiene un éxito extraordinario, aunque el tema es que somos una alternativa a la religión", explica el profesor.

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Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

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