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Los altibajos de una relación

El PP andaluz apoya a Castillejo mientras que la mayoría de los cargos de Córdoba ha optado por el silencio

Luis Barbero

Una vez que la Iglesia ha marcado distancias con él, al presidente de Cajasur, el sacerdote Miguel Castillejo, sólo le queda un apoyo explícito de relevancia: el PP andaluz. A lo largo de este mes, la formación liderada por Teófila Martínez ha pregonado que la polémica suscitada por la póliza suscrita por la entidad a favor de Castillejo no es sino una "cacería política" auspiciada por el PSOE y la Junta de Andalucía para acabar con el máximo mandatario de la caja cordobesa. Sin embargo, la actual afinidad entre el PP y Castillejo contrasta con los fuertes desencuentros que hubo en el pasado entre ambos y que varios dirigentes populares no olvidan.

Desde que se conoció la existencia de la póliza, las riendas de esta polémica la han tomado los dos máximos dirigentes regionales del PP (Teófila Martínez, como presidenta, y Antonio Sanz, como secretario general, sobre todo éste), mientras que el papel de los dirigentes populares de Córdoba, salvo un par de casos, ha sido menor, en parte por decisión propia.

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Los concejales del PP en el Ayuntamiento cordobés mantuvieron hace dos semanas una reunión en la que analizaron qué actitud debían mantener ante este asunto. En esa cita, los ediles populares decidieron que su mensaje debía ser una defensa clara de Cajasur y de la Ley Financiera promovida por el Gobierno, pero acordaron también que en ningún caso tenían que salir al quite de Castillejo para justificar la póliza. "En defensa de Castillejo no hemos dicho ni pío; todo el mundo coincidió en que no era presentable", asegura un edil popular.

Y es que si la relación de Castillejo con el PP andaluz es fluida, no lo es tanto con buena parte de los dirigentes provinciales, que están sufriendo en sus carnes algo que el presidente de Cajasur practicó hace unos años, precisamente, con la dirección regional: el puenteo.

Así, fuentes del PP destacan que Castillejo hizo uso de esta práctica en la época en la que Javier Arenas compatibilizó su cargo como presidente del PP andaluz y de ministro de Trabajo, desde mediados de 1996 hasta principios de 1999. Estas fuentes precisan que el presidente de Cajasur intentó contactos con altos mandatarios del PP nacional y del Gobierno sin conocimiento de Arenas, pero que sus iniciativas fueron baldías. "A Arenas quiso puentearlo, pero no pudo", afirma un dirigente del Partido Popular, que asegura que las relaciones entre el actual ministro de Administraciones Públicas y Castillejo siempre han sido "complicadas". "Puentea a quien haga falta para lograr sus objetivos", se queja otro dirigente cordobés del PP.

La época más difícil entre Castillejo y el PP se produjo cuando el presidente de Cajasur se alió con el grupo Zeta, que en aquel momento estaba en guerra abierta con el Gobierno de José María Aznar. La reacción del PP, según un dirigente, fue vetar la entrada de Castillejo en el Consejo de Administración de una importante empresa andaluza.

Con el tiempo, estas asperezas se superaron hasta llegar a la situación actual. La reconciliación definitiva se produjo durante la elaboración de la Ley de Cajas autonómica, en 1999, cuando Castillejo comprendió que sólo una alianza con el PP podía evitar su salida de la caja, algo que evitó convenciendo al Gobierno para que recurriese ante el Tribunal Constitucional la norma andaluza.

¿Y por qué defiende el PP andaluz a Castillejo? Los dirigentes consultados apuntan que el presidente de Cajasur ha tenido la habilidad de vender a la dirección regional que él es la garantía de que la caja cordobesa no caiga en manos del PSOE y que éste es el motivo último de los ataques que sufre por la póliza millonaria, que le permitirá percibir una renta vitalicia cuando abandone la entidad.

Ni siquiera el comunicado del obispo de Córdoba, Javier Martínez, marcando distancias con Castillejo y abogando por un diálogo entre todas las partes representadas en la caja para abordar el futuro de la entidad, ha hecho mella en el PP andaluz. De hecho, tras el pronunciamiento de Javier Martínez, Sanz acusó al PSOE de buscar un pacto con la Iglesia para desbancar a Castillejo, lo que dio lugar a más de una chanza de los socialistas.

Sin embargo, buena parte de los cargos del PP de Córdoba (formación dirigida por una gestora) son partidarios de seguir la línea marcada por el obispo y abrir un diálogo entre la Iglesia y los partidos políticos para abordar el futuro de Cajasur. "Es un secreto a voces en la sociedad cordobesa que esto tiene que cambiar, que hay que abrir una vía de diálogo entre la Iglesia y los partidos políticos y buscar nuevas posiciones en Cajasur", confiesa un dirigente provincial, que se muestra convencido de que la Iglesia quiere "un cambio tranquilo" y que su partido, finalmente, "entrará en el camino del diálogo". "Ha llegado el momento del cambio" en Cajasur, concluye otro dirigente popular.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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