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El PP sancionará a los tres diputados que contemplaban una página porno en el pleno

Huysmans pide perdón y reconoce que mintió ayer al negar que visionara las imágenes

El Partido Popular ha abierto expediente sancionador contra los tres parlamentarios de su grupo que el jueves contemplaban una página web porno mientras la diputada socialista Helena Almazán defendía en el pleno de la Asamblea una iniciativa a favor de las mujeres maltratadas. Fuentes del PP advertían que Miguel Ángel Pérez Huysmans, titular del ordenador en el que él y sus dos compañeros vieron las imágenes procaces, será difícil que figure en las próximas listas electorales. Ese diputado pidió ayer disculpas y reconoció haber mentido cuando el jueves negó los hechos.

Fue la jornada de ayer especialmente tensa en la Asamblea de Madrid. Jesús Pedroche, presidente de la Cámara, en conversación informal lamentaba los hechos y guardaba un prudente silencio sobre la actitud que hubiera de adoptar el máximo órgano de dirección del Parlamento. Y el PP, a través de su portavoz adjunto, Pedro Muñoz, anunciaba que su grupo abrirá expediente sancionador al diputado a cuyo nombre está el ordenador portátil en el que se mostró la página web, y a los otros dos diputados, Colomán Trabado y Manuel Troitiño, que vieron, con él, las imágenes pornográficas.

Muñoz, que calificó de "absolutamente deplorable" el incidente, aseguró que se aplicaría con todo rigor el reglamento interno del Grupo Popular de la Asamblea y destacó que "se trataba, en cualquier caso, de una actitud personal e individual que en nada debía aplicarse al resto de los diputados del PP". Aseguró que se les exigiría que pidieran públicamente disculpas a la diputada en el transcurso de cuya intervención se produjeron los hechos, y que era un asunto interno que debía resolver el PP.

Los grupos de la oposición evitaron hacer sangre con el asunto. Pedro Sabando, del PSOE, mostró su "más profunda tristeza" por el el suceso y dejó en manos del PP la resolución del caso. Caridad Carcía Álvarez, de IU, sin restar gravedad a los hechos, destacó que lo más triste es que la prensa no se preocupe de la Asamblea salvo por incidentes tan desagradables. "Ya me gustaría que tuvieran ese mismo interés cuando debatimos la falta de viviendas, el paro o la ley de juventud", dijo.

Fue la socialista Helena Almazán la que exigió mayor dureza. En la Comisión de la Mujer, celebrada ayer, pidió que esta instancia reprobara a los tres diputados y lamentó que se "pasara de puntillas" sobre estos hechos. No contaba, sin embargo, Almazán con el refrendo de su grupo. Fuentes del mismo insistieron en que era el PP quien debía resolverlo y recordaron que no hay normativa que permita la reprobación de un parlamentario, figura que sólo es posible aplicar a los cargos de la Administración y el Gobierno. Su compañera de oposición, María Luisa Sánchez Peral (IU), apoyó su indignación y calificó lo sucedido como "una falta de respeto a las mujeres y al propio Parlamento".

Sanciones duras

Fuentes del PP admitían ayer que, al menos en el caso de Pérez Huysmans, las medidas que se aplicarán serán de extrema dureza y daban por seguro que no repetirá en las próximas elecciones. Huysmans, portavoz de la Comisión de Juventud, y presidente de las Nuevas Generaciones del PP en Madrid, envió ayer una carta a la cadena SER en la que admite que el jueves había mentido al negar los hechos, pide disculpas y reconoce que su acto era "rechazable". Horas antes de retractarse, el diputado había llegado a achacar a otro compañero -que no quiso identifi-car- la responsabilidad de las imágenes. Pérez Huysmans, sostuvo entonces que él había salido del salón de plenos y que, al volver, se encontró con la página porno abierta. En su carta atribuye su mentira al nerviosismo que le produjo la situación.

En el caso de los otros dos diputados no se esperan sanciones graves, máxime cuando su papel se limitó a contemplar, regocijados, las imágenes. Colomán Trabado, presidente de la Comisión de Juventud, se ha distinguido por su buen hacer al frente de la misma, demostrando una rara ecuanimidad a la hora de aplicar el reglamento tanto a sus compañeros de grupo como a la oposición. Una imagen similar a la que ofrece Manuel Troitiño, portavoz de la Comisión de Presidencia.

El asunto de la página porno sirvió para que algunos parlamentarios realizaran una fuerte autocrítica. Admitían que había sido una falta de respeto deplorable, pero también admitían que igual falta de respeto se produce en un hemiciclo que está en casi todos los plenos semivacío.

El jueves, cuando se producía la intervención de Helena Almazán y el incidente de los tres diputados, en el banco del Gobierno sólo había tres consejeros y el bar estaba abarrotado de parlamentarios que apuraban sus copas esperando a que sonaran las campanas llamando a votación.

Es casi normal que los diputados no atiendan a los oradores, lo que ha obligado en múltiples ocasiones al presidente de la Cámara a rogar a sus señorías que se fueran a hablar a los pasillos, cosa que hacen presurosos. Otros contestan correos electrónicos o leen periódicos digitales mientras se produce el debate.

Una diputada socialista reflexiona en voz alta: "Si lo que se reprueba es la falta de atención de los diputados, nos tendrían que tirar de las orejas a la mitad de los parlamentarios. Y si es que se vean páginas porno, se trata de una cuestión moral, reprobable, pero sólo moral".

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