París y Berlín proponen crear un mercado europeo de armas
El eje París-Berlín gana velocidad tras dos años en coma. Reactivado el mes pasado en Bruselas para determinar el futuro financiero de la Unión Europea, rugió de nuevo ayer en Praga cuando ambos países difundieron una propuesta conjunta sobre la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) que será remitida como tal a la convención sobre el futuro de Europa.
En un documento conjunto, París y Berlín proponen identificar "los riesgos de toda naturaleza, y especialmente los del terrorismo" que se ciernen sobre Europa, y poner en marcha la "progresiva creación de un mercado europeo de armamento" y una Agencia Europea de Armamento.
Las dos potencias de la Unión desean que el futuro Tratado o Constitución de la UE incluya menciones expresas a "la solidaridad y seguridad común" y que, en un anexo de ese texto básico, figure el listado de riesgos y los medios para hacerles frente. La PESD debe transformarse "en una Unión Europea de seguridad y defensa" que refuerce el pilar europeo de la Alianza Atlántica.
Como habrá países, especialmente los neutrales como Irlanda y Austria, que no desearán participar en esos proyectos, París y Berlín proponen utilizar en los casos necesarios el mecanismo de "cooperaciones reforzadas", por el cual las naciones que lo deseen pueden formar grupos para ir más lejos en determinadas políticas. Ese sistema se emplearía, sobre todo, en la creación de fuerzas multinacionales, en materia de armamento o en el desarrollo de doctrinas comunes.
Villepin en la convención
La importancia que ambos países dan a la convención europea se vio ayer reflejada en otro dato: el Gobierno francés ha nombrado como su representante en ese foro al ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, en sustitución del ex ministro de Asuntos Europeos Pierre Moscovici. El mes pasado, Berlín hizo lo propio al situar como su representante al todopoderoso Joschka Fischer, ministro de Exteriores alemán.
La reactivación del eje París-Berlín provocó el mes pasado un gran disgusto al primer ministro británico, Tony Blair, y un fuerte incidente entre éste y el presidente francés, Jacques Chirac. Para limar asperezas, Blair regaló ayer a Chirac una pluma porque éste celebrará el próximo día 29 de noviembre su 70 cumpleaños.
Por otra parte, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, uno de los socios indeseables junto con Ucrania, se quedó sin venir a Praga para asistir a la cumbre de la Alianza Atlántica. Las autoridades checas se negaron a concederle un visado para entrar en el país por las constantes violaciones a los derechos humanos cometidas por su Gobierno.
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