El BBVA limita la edad del presidente en 65 años y en 70 la de los consejeros no ejecutivos

El BBVA ha decidido limitar la edad máxima de su presidente en 65 años. Asimismo, el consejero delegado y los consejeros ejecutivos podrán tener un máximo de 62, mientras que el resto de consejeros deberán cesar al cumplir los 70. Así lo establece el nuevo estatuto del consejero del BBVA, que también fija la retribución de los miembros del consejo ligandola a su responsabilidad y dedicación, y el régimen de incompatibilidades. Esta autorregulación obliga al consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, a abandonar las vicepresidencias de Telefónica y Repsol.

El BBVA se convierte en el primer gran banco español en poner límites voluntarios a la edad de sus consejeros. La aplicación del nuevo estatuto, aprobado por el BBVA en la reunión del consejo celebrada ayer en Barcelona, significa que al actual presidente, Francisco González, que tiene 58 años, le quedarían siete años en el cargo.

La autorregulación decidida por el banco establece además que el consejo tendrá 18 miembros, de los que dos terceras partes serán independientes. Recientemente, el BBVA ha nombrado consejeros a Richard Reeden -ex presidente de la autoridad bursátil en Estados Unidos-, Ricardo Lacasa (ex consejero delegado del Banco Popular), Román Knör (Confebasc) y a Susana Rodriguez Vidarte (decana de la Universidad de Deusto). Estos últimos emblematizan la renovación en la cúpula del BBVA y el relevo de la tradicionales familias de Neguri y fundadoras del banco, representadas por Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte, que en 2001 cesaron de sus cargos respectivos de presidente y consejero delegado.

Los nuevos estatutos, claramente restrictivos, exigen a los consejeros que no intervengan en las reuniones de los órganos de la entidad, "en los casos en los que pueda suscitarse un conflicto entre su interés o de sus familiares y el del banco". Asimismo, los consejeros no podrán realizar "transacciones personales, profesionales o comerciales con el banco o empresas del grupo, distintas de las relaciones bancarias habituales"; y se abstendrán de tener "participación en negocios o empresas participadas por el BBVA". Tampoco podrán "valerse de su posición en el banco para obtener una ventaja patrimonial, ni aprovechar en beneficio propio, o en el de sus familiares, clientes o de sociedades vinculadas, una oportunidad de negocio de la que haya tenido conocimiento por su actividad como consejeros" .

Para la solicitud de "créditos, avales y garantías de las entidades financieras que componen el mismo grupo BBVA, los consejeros se someterán a las disposiciones del código de conducta del BBVA a las disposiciones legales e instrucciones internas que fueran aplicables".

Respecto al régimen de incompatibilidades, el estatuto añade a la norma general bancaria otros criterios como que "los consejeros no podrán prestar servicios profesionales a empresas competidoras del banco o de su grupo de sociedades, ni aceptar puestos directivos o de administrador de las mismas".

Para formar parte del consejo del banco será requisto imprescindible no haber "pertenecido a la firma auditora que sea o haya sido auditor de la sociedad, a no ser que hayan transcurrido tres años desde que hubiera dejado de serlo".

Los miembros del consejo no podrán desempeñar cargos políticos ni realizar actividades de trascendencia pública que afecten a la imagen del banco salvo que tengan autorización del consejo.

El consejo del BBVA aprobó también ayer la creación de la comisión de nombramientos y retribuciones, integrada por Ignacio Ferrero (presidente), Juan Carlos Álvarez, Gregorio Marañón, José María San Martín y Jaume Tomás, todos ellos independientes.