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Entrevista:JUAN BARJOLA | Pintor

"Soy hijo de la España profunda"

El mundo barjoliano está lleno de tauromaquias, prostíbulos, perros, cabezas, suburbios, maternidades, camerinos, magistrados, multitudes. "Soy hijo de la España profunda y los cromosomas no se cambian", afirma el pintor Juan Barjola, de 83 años. El artista tiene ganas de pintar y de ver los misterios de la pintura. En su estudio de Las Matas, frente a la sierra madrileña, termina en dos jornadas una figura de mujer. Una selección de 25 cuadros de los dos últimos años figuran en la galería Antonio Machón, de Madrid (Conde de Xiquena, 8), y el próximo miércoles, en la Fundación Casa de la Moneda (Doctor Esquerdo, 36), presentará a la Reina la medalla que ha diseñado al recibir el premio de medallística Tomás Francisco Prieto 2001. El galardón incluye una exposición en el museo, Barjola en blanco y negro, con un centenar de grabados, dibujos y pinturas, que ha seleccionado el crítico de arte Miguel Logroño.

"El arte convulso, de transgresión en las formas, es el más profundo que hay"
"La poesía y la música son superiores a la pintura, están más cerca de la creación"

La España profunda de Barjola, nacido en Torre de Miguel Sesmero, Badajoz, formado en las escuelas de artes y oficios de Badajoz y Madrid y en la escuela de Bellas Artes de San Fernando, aunque se considera autodidacto, se traduce en un expresionismo pictórico. El artista dice que está "abierto a todas las corrientes, no puede encerrar uno en su castillo", y desde los años cuarenta representa la figura humana con un contenido social, con formas que en las décadas posteriores se enriquecen con "el cubismo sincronizado con el expresionismo" y la estética pop hasta concentrarse en "lo bello y lo terrible", como escribe Antonio Gamoneda. "La pintura de Juan Barjola, como siempre y cada vez más, nos inmoviliza en el extremo de la percepción alucinatoria, en el límite donde son indiscernibles lo bello y lo terrible".

"En el arte hay varios niveles. El expresionismo lo inventa Goya antes de los alemanes y los primitivos. Después viene el cubismo y después la época del surrealismo duchampiano, que es el que se hace ahora. Hay un paralelismo de la heterodoxia de Goya y la heterodoxia de Beethoven y unos encuentros entre Velázquez y Bach que no se han estudiado. Y si nos remontamos a la edad del hombre paleolítico superior, en una de las cuevas dejó unos arqueros cazando que es la síntesis de la pintura moderna. Es uno de los misterios de la vida y nunca he podido comprender que el hombre es más culto en sus orígenes", señala el pintor.

Además de la música, "soy un melómano, más de Beethoven". Barjola ha ilustrado poemas de Alberti, José Hierro y Antonio Gamoneda. "La poesía y la música son muy superiores a la pintura. Con la pintura tocamos las cosas, es una materia, pero la poesía es etérea, más cerca de la creación. Yo amo la pintura, pero creo que la poesía es superior. Hay grandes poetas que no tienen sensibilidad para la pintura, como era el caso del Nobel Aleixandre, todo lo contrario de Gamoneda, que ha entrado bien en la pintura".

La curiosidad de Barjola llega a otros aspectos del arte. "Hay un problema no resuelto y es que el genio de Picasso está negando continuamente a Goya y son de la misma cuerda. Contra Goya no se puede hacer nada. Expresionismo y surrealismo, ironía, muerte, alegría, está todo en Goya, todo es el contenido. Amo la pintura abstracta, porque la he hecho, pero lo importante es el contenido humano. Soy nihilista en este mundo del arte, porque hay muchas cosas negativas en la vida. Recuerdo Extremadura, cuando era joven, era un páramo. Soy hijo de labradores. Me gustaban las cosas raras, con unos cuadros surrealizantes, y más tarde un expresionismo deslavazado y otras estéticas, pero con una coherencia".

La figura, personas y animales, está siempre en la pintura de Barjola. "El hombre en las artes se está retratando continuamente. Creo que el arte es una hermosa patología profunda del ser, que subyace en el fondo y emerge en el exterior lo que el hombre profundo está haciendo. La figura está latente en la vida, naturalmente. Tengo una bondad en las figuras, no sólo retrato lo dramático y negativo de la vida. Claro que cuando he visitado los suburbios de las ciudades te atrapa de una manera profunda y la situación de esos seres es inquietante. La prostitución, el robo, el crimen, los incestos, es tremendo. Mientras que la humanidad tenga estos abismos de riqueza y pobreza el arte tiene algo que decir. Es lo que me propongo y tiene que revertir en el pueblo. Soy un hombre introvertido, los genes se heredan y no se puede evitar. He sufrido mucho, te marca la vida, la guerra civil con 16 años, la familia. Yo he hecho cuadros de fusilamientos, como una forma de protesta. Mi pintura es nihilista, protesto por muchas injusticias de la vida. También aparecen perros, con frecuencia. De pequeño dibujaba perros, un animal maravilloso que sufre mucho, en la soledad. La mirada de un perro cuando está enfermo, una mirada triste, y es una auténtica realidad".

Bajo los cuadros aparecen títulos como Perro aullando, La espera del perro, La soledad del perro, pero también Expresión convulsa, Interior convulso. "Lo mío está hecho con intención, la cosa convulsa en el arte. El arte convulso es el más profundo que hay, convulso de formas, de transgresión en las formas. Las meninas es el mejor cuadro del mundo. Velázquez es un sublime pintor, también Goya, pero es además creador. Goya era un genio, no un intelectual, que escribía con faltas de ortografía. En la mezcla de fantasía y realidad siempre hay una creatividad, hay una transgresión de formas. Como la vida es un misterio, la creación es misteriosa. En la pintura siempre hay referencias a los orígenes. Todavía no hemos salido de la época moderna del arte".

En los cuadros de Barjola hay color, negros, grises. "Depende de mi estado de ánimo. El color no modifica la estética". En la exposición del museo de la Casa de la Moneda se van a mostrar por primera vez unos dibujos que el artista ha realizado muy rápido por las noches, en miles de folios. "No los utilizo en las composiciones de los cuadros. Van saliendo formas, depende del estado anímico. El artista está en la soledad, que es donde se puede crear".

Juan Barjola, en su estudio de Las Matas (Madrid), ante su último cuadro.
Juan Barjola, en su estudio de Las Matas (Madrid), ante su último cuadro.ULY MARTÍN

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