"En Turquía se verá si es posible un islamismo democrático"
Mohamed Charfi, ex ministro de Educación de Túnez, cabeza del movimiento opositor al régimen de Ben Ali, considera que lo que haga en Turquía el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan decidirá si es posible "un islamismo moderado y democrático" en el mundo musulmán. Autor de Islam y Libertad, un malentendido histórico (editorial Almed), impulsor de la reforma educativa en el país más prospero del norte de África, Charfi es miembro del Consejo del Intituto Europeo del Mediterráneo (IEMed).
Pregunta. ¿Cómo valora la victoria del AKP en Turquía?
Respuesta. Lo primero que hay que dejar bien claro es que el partido de Erdogan es un partido islamista, no muy diferente de los partidos islamistas tradicionales. Dicho esto, hay que hacer varias matizaciones. La primera es la de la modernidad de Turquía, un país que vive en la laicidad desde hace 80 años, que la ha integrado. En segundo lugar, el AKP no ha llegado al poder sobre la base de un programa islamista, sino de la modernización y la occidentalización. Ha ganado las elecciones por accidente, por el desgaste de los partidos tradicionales, corrompidos y desacreditados, y el deseo de cambio de la sociedad turca, y gracias a un sistema electoral perverso, que les ha otorgado una mayoría absoluta en el Parlamento con poco más del 35% de los votos. Pero no hay que olvidar que son islamistas, inteligentes, pero islamistas; una experiencia importantísima para el mundo musulmán.
P. ¿Cree que un Gobierno del AKP podría fijar las bases de una democracia musulmana, en el sentido que tuvo en su momento la democracia cristiana?
R. Se pueden apuntar dos hipótesis: la primera, que una vez en el poder olvide sus promesas laicas e intente aplicar poco a poco un programa islamista. Esto llevaría a un fracaso doloroso y acabaría con todos los sueños y esperanzas de desarrollar un islamismo moderado y democrático. La otra hipótesis es que se pongan a gobernar aplicando su programa de modernización y limpieza, lo que sería realmente una experiencia de democracia musulmana que nos permitiría hacer este paralelismo con la democracia cristiana.
P. ¿Cuál es la situación política en Túnez?
R. No tan dramática como la de nuestros vecinos, pero no disfrutamos de una democracia real. No hay oposición, no hay prensa libre. Hemos modernizado el Derecho, adoptado la planificación familiar de modo que el efecto demográfico no arruina el crecimiento económico, y hemos tenido la suerte de no tener petróleo que nos permitiera esconder el fracaso económico.
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