La encuesta

La encuesta del CIS dice que el PSOE de Andalucía, si hoy hubiera elecciones, las volvería a ganar por algo más de lo que ganó las últimas. Teófila Martínez, presidenta del PP, interpreta la encuesta de manera personal: dice que a pesar de la distancia de 7,8 puntos a favor del PSOE, los andaluces quieren un cambio y el PP debe dar un salto por encima de la propaganda que impide que su mensaje llegue nítidamente a la gente. Cada cual tiene derecho a decidir su propia estrategia pero parece poco realista interpretar datos relevantes como decisivos y datos decisivos como menos relevantes. Si los andaluces votan bien o mal es cosa que algunos, desde el Gobierno y desde el PP, se atreven a decir pero es asunto peligroso. La gente vota como vota, guste a quien guste. Algunos se atreven a interpretar las razones de los votos concluyendo que no es bueno mantener las cosas tanto tiempo. Cualquier día a algún desaforado dirá que no todos los votos son iguales. Lo cierto es que, interpretaciones curiosas al margen y advertencias como las de Mayor Oreja sobre la responsabilidad y la irresponsabilidad a la hora de votar, el voto se mueve, el electorado se mueve, corrigiendo poco a poco, acortando o alargando distancias sin cambiar las cosas de la noche a la mañana. Por eso el PP se mueve algo en España, sin que se le abra el suelo bajo los pies y el PSOE acorta distancias, sin que se le abra el cielo sobre sus hombros. Los pueblos maduros, y el nuestro lo es, deciden serenamente y dan y quitan como la estabilidad o la inestabilidad de la situación les dicta. En Andalucía, mientras no se demuestre lo contrario, aunque una mayoría de andaluces considera regular la actuación del Gobierno de la Junta, según la encuesta, y malo y peligroso sería no ser crítico, también una mayoría de votantes prefiere que siga gobernando quien gobierna. Lo que para unos será bueno y para otros malo, pero es igual de cierto que una mayoría de andaluces no quiere que gobierne el PP, lo que para unos será bueno y para otros malo. Porque la opinión es libre, tan libre y tan respetable como el voto y las razones por las que cada cual lo decide. Por lo demás, la encuesta ha venido a calentar el ambiente preelectoral en el que ya vivimos. Lo que no es ni bueno ni malo.

MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ