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EL HUNDIMIENTO DEL 'PRESTIGE'

Alaska padece aún la polución del petrolero 'Exxon Valdez'

Enric González

Han pasado casi 13 años desde que el Exxon Valdez descargó 35.000 toneladas de petróleo (257.000 barriles), una quinta parte de su carga, sobre las costas de Alaska (EE UU), y algunas playas muestran todavía restos de contaminación. El grueso de las tareas de limpieza duró cuatro años y a finales de 1989, seis meses después de la catástrofe, la operación alcanzó su momento culminante con la participación de un millar de buques, más de 100 aviones y unas 12.000 personas. La petrolera Exxon gastó 2.100 millones de dólares en la descontaminación. El Estado de Alaska estimó que las pérdidas causadas a las industrias pesquera y turística ascendieron finalmente a 2.800 millones.

El vertido del Exxon Valdez no fue repentino. Duró varios días y tuvo un ritmo creciente a partir del momento en que el petrolero embarrancó en unos arrecifes, y la magnitud de la marea negra no fue perceptible hasta al cabo de una semana. Unos 300 kilómetros de litoral resultaron afectados de manera directa, con una capa de crudo muy espesa que lo recubría todo. En esa zona hubo que utilizar excavadoras para levantar la costra negra. En total, el vertido causó daños en más de 2.000 kilómetros de costa. A los cuatro días del accidente, el petróleo formaba una franja de 60 kilómetros. Cuando la marea llegó a su máxima longitud en el mar, 56 días después de que se fracturara el casco del Exxon Valdez, el extremo de la marea negra estaba a casi 700 kilómetros del lugar donde se inició.

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Multa de 150 millones

El Gobierno de Estados Unidos impuso a la petrolera Exxon una multa de 150 millones de dólares (la misma cantidad en euros), la mayor de todos los tiempos por un delito ecológico, aunque la rebajó posteriormente a sólo 25 millones en consideración a los esfuerzos realizados por la compañía para reducir la contaminación en las costas de Alaska. Exxon pagó otros 100 millones de dólares al Gobierno federal y al del Estado de Alaska por los daños causados a la fauna de la zona y aceptó pagar otros 900 durante toda una década, para evitar demandas civiles. En septiembre de 2001 se abonó el último plazo de esa suma, destinada a la creación de un fondo dedicado a corregir en décadas venideras posibles daños a largo plazo causados por la marea negra.

El Exxon Valdez ya no se llama así. Cambió su antiguo nombre por el de Sea River Mediterranean. Aún hoy transporta crudo por el Mediterráneo y el Atlántico, pero tiene prohibido volver a acercarse a las costas de Alaska.

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