Recuperar el agua del Júcar, alternativa a traerla del Ebro
La Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), de cuyo consejo forman parte cerca de 70 profesores, lanzó ayer en Valencia la propuesta de recuperar el Júcar como alternativa al trasvase del Ebro y a la política hidráulica del Plan Hidrológico Nacional (PHN). Según defiende la fundación, en la actualidad ya se usa más agua del Júcar en el riego de maíz y alfalfa en Castilla-La Mancha que en la agricultura y los abastecimientos valencianos, y el PHN ha consagrado definitivamente esta situación. Para recuperar el agua del Júcar, la fundación aboga por "entablar un diálogo" entre ambas comunidades con el fin de que Castilla-La Mancha abandone cultivos de escasa rentabilidad, como el maíz, subvencionado por la Unión Europea, a cambio de una compensación por no gastar esa agua, que sería devuelta al río, una operación con la que ganarían ambas comunidades y con un coste inferior al de las obras del trasvase del Ebro y el precio fijado en el PHN para un recurso de escasa calidad, según explicó ayer en la Universidad de Valencia Antonio Estevan, ingeniero y miembro de la fundación.
La Universidad de Valencia acogió ayer un acto en el que participaron 10 expertos de instituciones académicas de varias autonomías y en el que se presentaron las conclusiones del III Congreso Ibérico sobre Gestión y Planificación del Agua, celebrado recientemente en Sevilla, muy críticas con el PHN. Entre otras medidas, el congreso de especialistas ha pedido una moratoria de tres años para las grandes obras hidráulicas y defiende también la recuperación del Júcar como alternativa al trasvase del Ebro.
Según la fundación, el Júcar "está siendo esquilmado para regar unos cultivos ruinosos" que se mantienen para "captar subvenciones", como es el caso del maíz en Albacete. Con datos extraídos de documentos oficiales, la fundación explica que la productividad del agua no pasa de los 10 céntimos de euros por metro cúbico, una rentabilidad inferior a la que se podría dar a estos recursos en la zona baja del Júcar.
Castilla-La Mancha ya tiene reconocidos unos derechos de uso sobre el agua del Júcar, por lo que los expertos proponen que, para necesidades futuras que deban cubrir demandas como las del turismo, lo razonable sería que se compensara a esa comunidad por dejar cultivos de escasa rentabilidad. Compensar la pérdida de subvenciones públicas y el paso a cultivos de secano beneficiaría a Castilla-La Mancha, pero también a la Comunidad Valenciana, que mantendría un agua de calidad y a menor coste que la que está previsto trasvasar desde el Ebro.
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