Andreotti rechaza su condena y augura que será anulada
El ex primer ministro recuerda que no se ha encontrado al asesino del periodista Pecorelli
Giulio Andreotti -84 años el próximo enero- volvió ayer a sus actividades normales, apariciones públicas incluidas, con total frialdad pese a haber sido condenado el domingo por el Tribunal de Perugia a 24 años de cárcel como instigador del asesinato del periodista Mino Pecorelli. "La verdad es que es un homicidio extraño", dijo el senador vitalicio en una entrevista radiofónica, "porque no se ha encontrado al autor material".
Para Andreotti no deja de ser sorprendente el cambio que se ha producido en las investigaciones. "Con la sentencia del domingo desaparece la hipótesis de asociación entre Mafia y delincuencia romana, quedo sólo yo y ese señor que está en Nueva Jersey". Un detalle humorístico si se piensa que "ese señor" es el boss mafioso Gaetano Tano Badalamenti que cumple condena en Estados Unidos por tráfico de drogas y sobre el que pesan numerosos asesinatos. Para Andreotti puede tratarse sólo de "una sentencia suicida hecha a propósito para ser anulada".
Dos sicarios esperaban a Mino Pecorelli a la salida de la sede romana de su revista OP el 20 de marzo de 1979. El periodista se había sentado ya ante el volante de su coche cuando le alcanzaron cuatro disparos mortales. Hasta 1993 nadie relacionó al político más famoso de Italia, Andreotti, con el asesinato. Pero ese año, durante un interrogatorio en Palermo, el pentito (arrepentido) de la Mafia Tommaso Buscetta declaró ante varios fiscales que otro hombre de honor, Tano Badalamenti, le había confesado que al periodista Pecorelli lo había asesinado Cosa Nostra para complacer a Andreotti. Una investigación posterior estableció que Andreotti, como muchos otros políticos democristianos, tenía motivos para desear que desapareciera Pecorelli.
Periodista molesto
Era un periodista molesto, siempre con un dossier escandaloso de procedencia oscura listo para ser publicado. En concreto se estableció que antes de morir había llegado a sus manos un memorial secreto escrito por Aldo Moro durante su cautiverio, en manos de las Brigadas Rojas, en el que figuraban datos comprometedores para Andreotti. El caso va adelante y el juicio se inicia en Perugia en abril de 1996 y concluye con la absolución de los seis inculpados en septiembre de 1999.
La abogada del senador vitalicio, Giulia Bongiorno, se declaraba ayer sorprendida por el fallo judicial que ha dado como válido un móvil para el asesinato a su juicio ya desmontado. Se trata del memorial de Moro, "se dijo que de las dos versiones encontradas, en 1978 y en 1990, la de 1978 era lesiva para Andreotti. He demostrado que era al contrario. Por lo tanto, el móvil se viene abajo". No sólo eso, Buscetta se desdijo poco después de mencionar el nombre de Andreotti, asegurando no haber dicho nunca que el veterano político pidió el favor a la Mafia. Nada de esto ha sido tenido en cuenta por los dos jueces y los seis jurados populares que firmaron la condena el domingo. Pero el abogado Luigi Ligotti, defensor histórico de mafiosos, se felicitaba ayer por una sentencia que representaría "una corrección" a la de primer grado, "haciendo justicia definitivamente a Tommaso Buscetta". Según Ligotti la clave de todo está en una simple cuestión: un hombre de honor no puede mentir a otro hombre de honor. Un mafioso de la importancia de Badalamenti no podía mentir a Buscetta. "Sería algo completamente ajeno a la historia de Cosa Nostra". El asesinato de Pecorelli no fue por eso, añade, un delito de la Mafia, sino de simples mafiosos sin que mediara una decisión de la cúpula.
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