Roland Hanna, pianista y compositor
Roland Hanna, versátil pianista de jazz que, gracias a su toque maestro, exuberantes armonías y conocimiento enciclopédico logró acoplarse cómodamente en una gran variedad de contextos musicales, murió el pasado miércoles en Hackensack, Nueva York, a los 70 años. Su vida transcurrió en Liberty, Nueva York.La causa de su muerte fue una infección vírica que le afectó el corazón, según informó su familia.
Como dijo a The New York Times John S. Wilson en 1985, Hanna era "un instrumentista impecablemente aseado", que se sentía "como en su casa tanto con un ragtime de comienzos del siglo XX como con las obras de John Coltrane".
Sus influencias no se limitaron al jazz: sus improvisaciones, de gran complejidad armónica, tenían influencia de su vasta formación clásica. "La música clásica siempre ha sido una fuerza motriz para mí", declaró en 1988 en una entrevista concedida a Zan Steward y publicada en Los Angeles Times. "Pero el jazz es la música natural para mí", añadió.
Recientemente, Hanna señaló que su objetivo era la destrucción de todas las fronteras musicales. "Para una persona normal, la música está dividida en categorías, pero no es así en mi caso", dijo en la misma entrevista. "Para mí, es un alimento, y no tengo que diferenciar; éstas son peras, y éstas otras, manzanas". Puedo decir: "Es música y me gusta".
La apertura de miras que tenía Hanna le condujo a trabajar con líderes de estilos como el swing tradicional de Benny Goodman y el modernismo por libre de Charles Mingus.
Su sentido de la historia del jazz le llevó a trabajar a fines de los ochenta y primeros noventa con la Lincoln Center Jazz Orchestra y con la Smithsonian Jazz Masterworks Orchestra, los exponentes más significados del movimiento del repertorio de jazz, y a hacer una gira en solitario tocando al piano con la exposición itinerante de Duke Ellington de la Smithsonian Institution en 1999.
En sus últimos años se centró en componer obras de cámara y orquestales, entre ellas algunas piezas que interpretó con un trío de cámara en el que tocaba el chelo. En 1993 fue el solista de piano invitado cuando la Sinfónica de Detroit tocó su obra Oasis. Ese concierto fue, entre otras cosas, un triunfal regreso a casa.
Roland Pembroke Hanna nació en Detroit el 10 de febrero de 1932 y estaba considerado como uno de los mejores exponentes -junto con Tommy Flanagan, Hank Jones y Barry Harris- de la denominada escuela de piano de jazz de Detroit, un estilo que combinaba la destreza y la sofisticación armónica del bebop con la subestimada elegancia de una época ya pasada.
Dio clases en la Eastman, en la Manhattan School of Music y en el New School and Queens College. Siguió tocando en clubes y festivales de jazz, y fue especialmente popular en Japón, donde enfermó hace tres semanas.
En los últimos 30 años, Hanna insistió en ser llamado sir Roland Hanna. Como él explicaba, no era signo de ostentación ni tampoco un título, como duque o conde: había sido distinguido por el Gobierno de Liberia en 1970 en reconocimiento por sus conciertos benéficos.-
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