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Veto a la violencia en la televisión francesa

Los expertos exigen endurecer la clasificación de películas y evitar la aparición de delincuentes

Una comisión asesora del Gobierno conservador francés publicó ayer un informe en el que asegura que la difusión de espectáculos violentos 'tiene un efecto neto sobre el comportamiento de los más jóvenes' y recomienda al Ejecutivo que se prohíba completamente la difusión de programas violentos o pornográficos 'en tramos horarios susceptibles de ser vistos por los niños, de 7.00 a las 22.30'. En la prohibición se incluyen los anuncios que contengan imágenes de ese tipo o títulos pornográficos. La comisión, de 36 miembros, está presidida por la filósofa Blandine Kriegel.

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El informe no aporta investigaciones propias. Se apoya en estudios ya existentes para facilitar armamento teórico a los partidarios de ocultar la violencia y la pornografía en las pantallas. Apunta igualmente la necesidad de reducir el criterio 'laxista' utilizado para clasificar el cine y se apoya en el análisis de una misma relación de 102 películas en cuatro países, entre 1997 y 2000: de ellas, Francia consideró 'para todos los públicos' un total de 62, mientras el Reino Unido sólo clasificó así 29, Holanda 22 y Alemania 16.

El grupo propone un código deontológico para las televisiones, a fin de evitar que la pantalla se llene de estrellas del porno y de delincuentes o antiguos delincuentes. Critica, por ejemplo, una emisión consagrada a Patrick Henry, condenado en Francia por el asesinato de un niño, detenido en España recientemente y flamante autor de un libro. '¿Para cuándo el verdadero cara a cara organizado en directo entre el verdugo y su víctima? Éxito garantizado', ironizan los autores del estudio. Tampoco consideran conveniente que 'los justiciables' tengan acceso a la televisión mientras la justicia no se haya pronunciado sobre sus casos, situación que puede reducir a mucha gente al silencio durante quince o veinte años.

'Términos moderados'

Anticipándose a posibles críticas, el ministro de Cultura, Jean-Jacques Aillagon, aseguró que el sentido del informe es el de 'la concertación, más que una prohibición brutal'. Por eso, muchas de las propuestas se plantean en términos muy moderados: por ejemplo, la de advertir a los padres sobre los riesgos de la televisión para sus hijos: esparcidas por el estudio se encuentran alusiones a lo que hacen las autoridades sanitarias en relación con el peligro del tabaco, aunque la redacción está hecha de tal forma que no queda claro si proponen alguno similar. También se pide el establecimiento de un sistema de 'señales positivas' en programas para la juventud, que recomiende emisiones en las que se valore el respeto a los demás y la superación de la violencia.

El estudio no entra para nada en la información de hechos violentos. Lo cual llevó ayer al dibujante Plantu a confeccionar su chiste de primera página en Le Monde con la siguiente frase de un padre: 'Bueno... niños, a acostarse, que va a hablar Bin Laden', y uno de los chavales contesta: '¿Qué? ¡Ayer estaba Bush y nos quedamos!'

- ¿Qué es violencia? La definición aportada por los autores del estudio es de las que harán rascarse la cabeza a los programadores de televisión y a buena parte del público. Según ellos, debe entenderse por violencia 'una fuerza desordenada que atenta a la integridad física o psíquica', con la finalidad de 'dominar o destruir la humanidad del individuo'. En ese contexto, la pornografía sólo sería 'una forma particular de violencia'. La comisión menciona al realizador Oliver Stone y su película Asesinos natos, para decir que fue citada como referencia por los autores de un asesinato en 1996, así como las controversias originadas por películas como Nikita, de Luc Besson, Trainspotting, de Danny Boyle, obras de Quentin Tarentino o la trilogía Scream.

- Violaciones. 'Las películas violentas tienen efectos igualmente nefastos, cuando inducen a creencias erróneas relacionadas con la violación. Una escena de violencia sexual típica muestra a un hombre penetrando a una mujer a la fuerza que, después de haberse resistido, acaba por volver a pedirlo': la exposición a ese tipo de escenas banaliza la retórica de que 'las mujeres quieren decir sí cuando dicen que no' y 'embota el sentimiento de culpabilidad normalmente asociado al acto violento'.

- Cuidado con los niños. Especialmente importante les ha parecido a los autores un estudio realizado sobre 707 familias estadounidenses, durante 17 años, del que deducen que el consumo de televisión a los 14 años explica las agresiones sucesivas. 'Por ejemplo, si la exposición a la televisión es inferior a una hora diaria, el porcentaje de autores de actos agresivos es del 5,7%, y si es superior o igual a tres horas diarias, ese porcentaje se eleva al 25,3%'. El pediatra francés Julián Cohen-Solal considera 'muy peligroso' que los niños puedan ver una media de dos horas diarias de televisión, 'sobre todo por la mañana, solos'.

- La sexualidad. Entre las imágenes peligrosas se incluyen las pornográficas, 'que constituyen una forma de asalto violento a la intimidad afectiva de los niños, por la exposición demasiado precoz a la sexualidad de los adultos'. En fin, la televisión 'debilita la prohibición del incesto, del exhibicionismo, de la violación; es decir, de las prohibiciones más importantes que regulan la sexualidad de los adultos, y de las cuales han de responder ante la ley cuando las transgreden', dicen los autores citando a la doctora psicoanalista Marielle David.

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