El obispo de Córdoba rompe su silencio y dice que 'a la Iglesia le duele el pecado de cualquiera de sus hijos'

'A la Iglesia no le son indiferentes las acciones de sus hijos. El pecado de cualquiera de ellos le duele por el daño que hace a las mismas personas que lo cometen, y a muchas otras, y porque oscurece la presencia de Cristo en el mundo'. Tras 15 días de un discreto silencio, el obispo de Córdoba, Javier Martínez, se pronunció ayer sobre la polémica que afecta al presidente de Cajasur, el sacerdote Miguel Castillejo, mediante un comunicado en el que marca distancias con éste y que revela el malestar del titular de la diócesis cordobesa con el mandatario de la caja.

Fuentes próximas al Obispado apuntan que Martínez ha estado puntualmente informado en los últimos meses de las decisiones más polémicas de Castillejo y que ha trasladado a la Conferencia Episcopal la conveniencia de propiciar su relevo en la presidencia de la caja, fundada por la Iglesia católica, iniciativa que no fructificó. Según estas fuentes, Martínez advirtió del riesgo de que el escándalo afectase a la Iglesia y que el problema había que solucionarlo cuanto antes.

Martínez, superior jerárquico de Castillejo, decidió hacer este comunicado, que meditó y sufrió cambios hasta el último momento, después de que el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, dijese el martes que es un asunto que compete 'sobre todo' al obispo de Córdoba.

Martínez encabeza el comunicado manifestando su 'preocupación por las noticias difundidas' en relación a la póliza 'por su repercusión en la vida de la Iglesia'. En todo momento, Martínez distingue entre Cajasur y lo que afecta a la Iglesia, aspecto éste que entra en su jurisdicción.

En el primer caso, destaca que en caso 'de conductas inmorales o ilegales' de sus directivos deben ser los órganos de gobierno de Cajasur los que deben 'denunciarlos formalmente y los que tienen la responsabilidad de actuar'. En este sentido, subraya que 'es el Consejo de Administración quien nombra al presidente' y quien le ha puesto un sueldo como presidente ejecutivo.

En lo que se refiere a la Iglesia, Martínez destaca que ésta 'siempre ha exhortado a los sacerdotes a una austeridad de vida y a una sencillez que se correspondan con las exigencias sagradas de su ministerio'. Según el PSOE, Castillejo cobró de la caja en 2001 un total de 410.000 euros entre remuneración directa e incentivos. El obispo subraya que la Iglesia conoce 'en su propia carne, la fragilidad y el pecado de los hombres', pero que no le 'escandalizan' estos casos. Además, hace hincapié en que la Iglesia 'no pondrá ni en éste, ni en ningún otro caso, obstáculo alguno a la clarificación de la verdad o a la justicia'.

En los tres últimos puntos, el obispo mira al futuro y abre el debate sobre el papel de la Iglesia en Cajasur. Así, aboga por una 'cooperación' entre la Iglesia y los autoridades civiles que tienen competencias en la caja (la Diputación es cofundadora de Cajasur) para abordar este asunto. El obispo recuerda que en 1999 manifestó su deseo de 'adecuar mejor' la presencia de la Iglesia en Cajasur conforme 'a la evolución de los tiempos'. Las citadas fuentes apuntan que el obispo se refiere a su idea de que haya seglares en representación del Cabildo catedralicio en los órganos de gobierno de Cajasur, al margen del peso que finalmente tenga la Iglesia según los nuevos estatutos.