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CiU intenta provocar un cara a cara entre Maragall y Mas en el debate presupuestario

El líder del PSC se compromete a respetar a la oposición cuando alcance la presidencia

Enric Company

El primero en retar a Maragall para que participe en el debate parlamentario sobre los Presupuestos de la Generalitat fue el conseller en cap, Artur Mas, hace ya dos semanas. Los nacionalistas creen que quizá Maragall ceda a la tentación de emular el éxito cosechado por Rodríguez Zapatero cuando el PP le retó.

La respuesta de los socialistas a Mas fue anunciar que su representante en el debate parlamentario será Martí Carnicer, un diputado que tiene sobradamente acreditada su solvencia en materia presupuestaria y es por esta razón el responsable de esta cartera en el gobierno en la sombra formado por Maragall.

Felip Puig y Ramon Camp volvieron ayer a la carga acusando a Maragall de 'no atreverse' a afrontar personalmente el debate sobre los presupuestos. 'Se esconde, le falta vigor y valentía política', dijo Camp. Puig sostuvo que la renuncia de Maragall a encargarse personalmente de este debate equivale a renunciar a presentarse a un examen.

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El portavoz del PSC, Miquel Iceta, aseguró ayer que Maragall no responderá a estas incitaciones. La decisión de los socialistas es que Maragall se confronte sólo con Pujol y que Joaquim Nadal, teórico número dos del gobierno alternativo de los socialistas, lo haga con Artur Mas. Iceta recordó que Maragall hizo lo que debía como líder de la oposición cuando presentó la moción de censura y que, en cambio, Pujol no asumió entonces su responsabilidad como jefe del Gobierno al renunciar a defender personalmente su gestión. Posteriormente, añadió, Maragall se confronta regularmente con Pujol en el Parlament en las sesiones de control del Gobierno. 'Lo que ha sucedido en este Parlament es que Pujol se atrevió en 1983 a responder a la moción de censura que le presentó Josep Benet, pero no se atrevió a responder a la que le formuló Maragall hace un año', sentenció.

El líder del PSC dio ayer una prueba más de que no está dispuesto a responder a las incitaciones que recibe de CiU. En la sesión de preguntas al presidente, Maragall se refirió por vez primera a las descalificaciones lanzadas el domingo por Pujol contra los socialistas catalanes, cuando afirmó que le daban 'asco' algunas de sus posiciones. Maragall aseguró que si alcanza la presidencia de la Generalitat tratará a la oposición con más consideración. 'El día en que el pueblo de Cataluña me dé su confianza', dijo, 'trataré de no vulnerar una ley no escrita de la democracia, que es la del respeto entre responsables políticos y del respeto entre partidos democráticos'.

Pujol respondió a este compromiso de Maragall asegurando que lo 'celebra'. Pero contraatacó añadiendo que 'tendrá mucho trabajo en su propia casa' para hacer respetar esa ley no escrita a la que se remitía Maragall y para ver 'por qué no se ha respetado durante años'.

En sus respuestas a Josep Lluís Carod (ERC), Rafael Ribó (Iniciativa Verds) y Alberto Fernández Díaz (PP), Pujol explicó que la última reestructuración de su Gobierno obedece a la voluntad de CiU de lograr 'un crescendo' en el último año de la legislatura. Pujol pudo comprobar como incluso sus aliados del PP le recriminaban que haya llevado a cabo la sexta reestructuración del Gobierno catalán en tres años con la única pretensión de atender a las exigencias de Artur Mas. 'Sabemos para quién se ha hecho el cambio de Gobierno, pero no para qué', dijo Fernández Díaz. Y eso significa, agregó, que en realidad el presidente está renunciando a sus responsabilidades como tal y actúa como si fuera el conseller en cap. Afirmación que Pujol rechazó.

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