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Reportaje:

Conflicto en Basauri

El PNV afronta las municipales con dos candidatos y la sospecha de haber pactado con Batasuna

Dos dirigentes del PNV en Basauri -el actual alcalde, Rafael Ibargüen, y un militante de peso en el partido, José Antonio Asensio- pugnan actualmente por obtener el respaldo de los casi 900 afiliados peneuvistas en esa localidad para encabezar la candidatura en las elecciones municipales del próximo mes de mayo. La asamblea local designará en diciembre al cabeza de lista en una votación que se celebrará en el teatro Social Antzokia a la sombra de una legislatura turbulenta. Una alianza sellada en julio de 1999, tras las pasadas municipales y en plena efervescencia del Pacto de Lizarra, entre la coalición PNV-EA, IU y la entonces Euskal Herritarrok desplazó al PSE-EE del gobierno local, pulverizando así 20 años de convivencia municipal entre nacionalistas y socialistas.

Tras la ruptura de la tregua de ETA en diciembre de 1999, la negativa de la formación abertzale a condenar los atentados motivó que en junio de 2000 Ibargüen expulsara de la comisión de gobierno a los tres ediles independentistas, lo que le obligó a seguir dirigiendo el Ayuntamiento en minoría. La novedad la ofreccía hace unos días el portavoz del grupo de Batasuna, quien anunciaba el fin de un acuerdo 'secreto' que desde febrero mantenía con el tripartito local, en contra de las directrices de la dirección peneuvista.

Este pacto, cuya existencia habían mantenido en repetidas ocasiones populares y socialistas, ha sido desmentido con rotundidad tanto por la junta municipal del PNV como por el propio alcalde, quien recuerda que la oposición bloqueó en el pleno la aprobación de los presupuestos de este año. 'Lo que teníamos [con EH] no eran unas buenas relaciones, eran unas relaciones muy frías. Y lo que se hizo fue decir: 'Pues bueno, vamos a hablar, no vamos a pactar determinados proyectos', apunta el primer edil.

Alex Cerdeño, único concejal de EA en Basauri, apunta en cambio que el equipo de gobierno local no sólo mantuvo durante meses un pacto tácito con Batasuna, sino que sabía de antemano que este grupo lo iba a abandonar. 'Cuando se habló de llegar a un acuerdo con Batasuna, ésta quería hacerlo público. Yo dije que a mí no me importaba y al edil de IU tampoco, pero el PNV no quería y, al final, se optó por mantenerlo en secreto. Las conversaciones se desarrollaron en dos reuniones que se celebraron en el ayuntamiento a principios de año y a las que asistimos representantes de todos los grupos del equipo de gobierno. Hace unos 20 días, hubo una nueva reunión en la que Batasuna advirtió de que iba a romper el pacto, porque el PNV no lo respetaba', asegura el edil de EA.

Cerdeño explica que se acordó con la formación independentista asumir una serie de sus proyectos, relacionados con áreas como mujer y euskera, dirigidas por los abertzale mientras formaron parte de la comisión de gobierno. A cambio, PNV, EA e IU se aseguraban su respaldo a la mayor parte de las propuestas municipales.

Entre febrero y junio, periodo en el que Batasuna afirma que el pacto fue respetado por los peneuvistas, el equipo de gobierno de Basauri aprobó medio centenar de créditos adicionales y gastos plurianuales por un total de 8.257.033 euros, más del 20% del presupuesto de 36.508.493 euros para 2002 que fue rechazado en pleno. Todas esas partidas contaron con el apoyo de la formación abertzale.

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Esta actitud llegaba después de varios meses en los que la oposición de los independentistas a los proyectos municipales resultaba casi sistemática y en multitud de votaciones habían coincidido con PP y PSE para desestimar acuerdos.

Hasta las elecciones de 1999, la actividad municipal discurría en Basauri como una balsa de aceite. Peneuvistas y socialistas habían caminado siempre juntos en esta localidad de unos 45.000 habitantes: entre 1983 y 1991, el Ayuntamiento estuvo en manos socialistas, mientras que el PNV lo ha dirigido el resto de los mandatos desde la restauración de la democracia. El hecho de que ni uno ni otro partido lograsen en las urnas una holgada mayoría había acostumbrado durante 20 años a ambas formaciones a gobernar en coalición, al tiempo que rivalizaban al máximo en los comicios. En los de 1999, la coalición PNV-EA obtuvo 8.581 votos y siete concejales (seis de ellos militantes del PNV), mientras que los socialistas obtenían 6.955 votos y seis representantes.

Los dos aspirantes

Basauri afronta ahora la elección de un candidato del PNV por unas bases divididas. Aunque el presidente de la junta municipal, Josu Arteta, niega estas desavenencias y asegura que todos los militantes asumieron 'correctamente' la candidatura de Ibargüen, el primer edil admite la mala relación personal que, al término del pasado mandato, le distanció del anterior alcalde, el peneuvista Roberto Otxandio, y de la mayoría de los ediles del PNV. 'Ellos sabrán. Yo no quedé mal con nadie. En la legislatura pasada hubo hasta cinco candidatos y yo salí por mayoría absoluta en la primera vuelta. Es lo que a determinada gente le sorprendió y no lo ha sabido aceptar, pero es una minoría. Y tengo muy claro que si nuestro trabajo no hubiera sido el adecuado, nos lo hubieran dicho. Yo noto el cariño de la gente, su cercanía', reconoce este informático de profesión, de 45 años. José Antonio Asensio, nacido hace 61 años en Arrigorriaga en el seno de una familia profundamente nacionalista, ha aceptado presentarse esta vez como cabeza de lista, después de haber rechazado esta opción de forma expresa en 1991 y 1999.

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