Todo por Kaliningrado
Vladímir Putin ha logrado, en la cumbre Rusia-UE un acuerdo moderadamente satisfactorio para los rusos sobre Kaliningrado y un plan de cooperación contra el terrorismo. De paso, Moscú consigue evitar que la Unión Europea critique su política en Chechenia, donde no podrá enviar ayuda humanitaria. El presidente ruso jugó con ventaja. Sabía que la actual presidencia danesa del Consejo comunitario quería evitar todo problema que pusiese en peligro la histórica decisión que debe tomarse el 12 de diciembre sobre la ampliación de la UE a 10 nuevos miembros. Un desacuerdo sobre Kaliningrado -la antigua Königsberg, anexionada por Rusia en 1945- dificultaría el ingreso de Lituania.
Los habitantes del enclave podrán transitar por las vecinas Lituania o Polonia con unos pases múltiples y prácticamente gratuitos. Moscú llegó a plantear en su día la creación de un pasillo, de tenebrosas reminiscencias, a través de Lituania para conectar por tierra a Kaliningrado con el resto de Rusia. El enclave será en unos años una isla rusa rodeada de territorio comunitario y de la OTAN, aunque Moscú querría convertirlo en su puerta hacia Europa. La UE inyectará fondos para mejorar este territorio preso de las mafias y el Ejército y con un pavoroso deterioro medioambiental.
La sesión con los europeos debió de ser tormentosa, pero Putin tapó las críticas públicas sobre Chechenia. Cuando ha quedado atrás la tragedia de la toma de un teatro de Moscú por terroristas chechenos y una liberación en la que murieron todos los secuestradores y más de un centenar de rehenes, han vuelto a redoblar las condenas por la falta de respeto de los derechos humanos y la represión rusa en la república secesionista. Moscú sigue prometiendo una salida política de mayor autonomía para la república, pero se niega categóricamente a dialogar con Aslán Masjádov, el presidente electo de Chechenia, al que Putin califica de 'asesino'. Y mientras tanto, las operaciones militares de limpieza de los rusos están extendiéndose a la vecina Ingusetia, con el peligro de llevar la guerra a Georgia si Rusia prosigue con su versión de la 'defensa preventiva'. Europa no debería desviar su vista de lo que está ocurriendo en Chechenia. Y, desde luego, no por Kaliningrado.
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