El Ejército de Tierra disuelve dos de sus doce brigadas ante la persistente escasez de soldados

El Ejército de Tierra ha empezado a adaptarse a la escasez de soldados, un problema que no tiene visos de resolverse en los próximos años. La medida más drástica ha sido la disolución de dos de las 12 brigadas que, al menos sobre el papel, integraban hasta ahora la Fuerza Terrestre: la brigada de Caballería Jarama, con base en Valladolid, y la brigada de Infantería Maestrazgo de Valencia. En ambos casos se trataba de brigadas movilizables, dotadas con un mínimo de efectivos y preparadas en teoría para completar su plantilla con reservistas en caso de crisis. Pero su mantenimiento empezaba a resultar costoso, además de inoperante.

La base El Empecinado, sede de la brigada Jarama, albergará al Regimiento de Caballería Villaviciosa 14, adscrito a la División Mecanizada Brunete, que se trasladará desde Madrid, mientras que la brigada Maestrazgo ha servido de base al Cuartel General de Alta Disponibilidad de Bétera (Valencia), que este mes debe pasar el examen de operatividad definitivo de la OTAN. En los últimos meses se ha disuelto también el Regimiento de Artillería Antiaérea de Ferrol (A Coruña).

Tras estas disoluciones, al Ejército sólo le quedan dos brigadas movilizables: la Urgel IV, en San Clemente de Sasebas (Girona), reconvertida en un batallón de apoyo a la brigada de Montaña, y la San Marcial V, en el País Vasco. Esta última se mantiene por razones exclusivamente políticas, pues lo lógico sería disolverla o, al menos, concentrarla en la base de Araca (Vitoria). El País Vasco es la única comunidad autónoma que mantiene guarnición en todas sus provincias.

Según una respuesta al diputado socialista Alberto Moragues, en los nueve primeros meses de este año se han incorporado 8.367 soldados profesionales, mientras que se han dado de baja 7.564, lo que arroja un saldo positivo de 803 efectivos. El resultado no es tan malo si se tiene en cuenta que el año pasado hubo una disminución neta de 1.308.

Si se cumplen las previsiones del Ministerio de Defensa, a final de año habrá 75.000 soldados profesionales, una cifra que está muy lejos de los 86.000 previstos en la ley de Presupuestos del Estado, y de los 110.500 del Plan Estratégico Conjunto (PEC). La estructura del Ejército de Tierra está diseñada para 73.965 efectivos de tropa, unos 25.000 más de los que tiene.

Esta situación se produce tras haber gastado más de 76 millones de euros desde 1996 en campañas de publicidad para atraer a los jóvenes a las Fuerzas Armadas y haber aprobado una serie de medidas, como la creación del título de técnico en Defensa o la incorporación de inmigrantes, cuyas primeras plazas está previsto ofrecer a finales de año.

'Seamos rigurosos, algo está fallando y están fallando las incorporaciones', admitió ayer el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, en declaraciones a la Cadena Cope. 'Nuestra oferta tiene que enfrentarse a otras ofertas de trabajo que son mucho más competitivas o mucho más cómodas y ahí es donde tenemos el fallo: que no conseguimos incorporar de una manera tan creciente o acelerada como desearíamos', agregó. Aseguró que la cifra de 75.000 soldados es 'suficiente para defender a España' aunque, agregó, rebajando la cifra prevista hasta ahora, 'el ideal estuviera en torno a los 90.000'.

El pleno del Congreso aprobó ayer sin enmiendas el presupuesto de Defensa para el próximo año que, según el ministro, supone el 1,68% del PIB, si se suman los préstamos del Ministerio de Ciencia y Tecnología, pensiones militares, créditos ampliables y gastos de material de la Guardia Civil. Según anunció, los miembros de las Fuerzas Armadas se beneficiarán directamente del incremento retributivo del 2,7% pactado por el ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, con los sindicatos.