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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Realojos penalizados

Aunque tarde, el pasado martes, por fin, la Administración nos ofreció a los afectados información sobre el proceso de expropiación y realojo de algunas viviendas de Bilbao la Vieja. Me gustaría comentar algunas cuestiones que me parecen fundamentales: Las personas afectadas no hemos sido consultadas sobre la decisión que se ha tomado respecto a nuestra casa; aún no sabemos con exactitud dónde van a estar las casas de realojo; vamos a tener que pagar una diferencia entre la tasación de nuestra vivienda y la que nos vayan a dar con unos créditos sin ningún tipo de ventaja, esto es, a un interés normal; tendremos que asumir los gastos de la mudanza y ya estamos sufriendo las consecuencias de decisiones de la administración al tener que alejarnos del centro de la ciudad y del entorno que hemos elegido para vivir.

Pero, por si fuera poco, la Administración pretende vendernos su plan como si de un chollo se tratara, cuando en realidad lo que nos está vendiendo es gato por liebre. En primer lugar, debe quedar claro que si la mayoría de las casas afectadas están bastante deterioradas es porque son casas en las que, al estar fuera del Plan de Ordenación Urbana, no se ha invertido ni un céntimo en ellas, como se ha hecho en otras casas del barrio. Y, fundamental, si nos tiran unas casas libres, al margen de que tengamos que desembolsar una diferencia entre unas casas y otras, lo que tienen que hacer es darnos unas casas, libres porque lo que no se puede permitir es que, además, tengamos que esperar 20 años para recuperar el valor de mercado de nuestra vivienda.

Mi casa, además de ser mi hogar, es mi principal inversión como la de todas las familias de este país y no quiero tirar a la basura los doce años que llevo pagando al bando el crédito que pedí, ni esperar, en mi caso hasta los 60 años, para poder venderla. Si el Gobierno vasco y/o el Ayuntamiento, como administradores de los bienes públicos, quieren o necesitan el suelo de mi casa, estupendo, pero no lo voy a pagar yo.

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