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Trabajo exculpa a Sánchez Romero de rechazar a trabajadores por su aspecto

El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró ayer que la Inspección de Trabajo 'no detectó ninguna irregularidad' en las contrataciones realizadas por la cadena de supermercados Sánchez Romero. 'Cuando se produjeron esos acontecimientos, la Inspección de Trabajo inició de oficio una inspección, como es su obligación, para determinar si existían irregularidades. Hace dos meses se presentaron las conclusiones y esta inspección no detectó ninguna irregularidad', afirmó Rajoy, quien aseguró que el informe se remitió a Comisiones Obreras, que entonces había presentado una denuncia.

'No ha habido ninguna irregularidad. Las razones las desconozco, pero supongo que esos documentos donde se justifica estarán al alcance de cualquiera, supongo que serán públicos', concluyó Rajoy.

El pasado junio, una redactora de la cadena SER halló en plena calle más de 250 solicitudes de empleo, con anotaciones manuscritas de carácter xenófobo y peyorativo. Varios afectados aseguraron que las peticiones iban dirigidas a la cadena de supermercados Sánchez Romero.

Según el informe del ministerio, 'no hay pruebas de que las contrataciones sean discriminatorias' y ningún aspirante a trabajar en la empresa fue marginado por su raza o su aspecto. Pero el expediente no valora el sistema de selección empleado por el departamento de personal de cadena.

El ministerio asegura que las notas halladas en los expedientes abandonados en la vía pública -por ejemplo, una en la que se calificaba a un demandante de empleo de 'extranjero, gordo, morenete, parece Pancho Villa, pero hambriento'- no constituyen una prueba concluyente y recuerda además que no hay ninguna denuncia por parte de los trabajadores ni reclamación a la Administración.

Currículos en la calle

Trabajo resalta que la empresa no se hizo responsable de esas notas y que no se ha podido localizar al autor o autores de esas notas. Los cientos de currículos encontrados en la calle con notas de rechazo con expresiones racistas y xenófobas son, para el ministerio, obra de un trabajador ya despedido.

Esther Bustos, una de las mujeres que aparecía citada en los currículos, ha declarado a la cadena SER: 'Si rechazar a alguien por [tener la piel de color] café con leche no es discriminación, que venga Dios y lo vea'.

Comisiones Obreras, que en su día presentó dos demandas, una ante el Ministerio de Trabajo y otro ante la fiscalía, ha asegurado que el ministerio debe seguir más allá. Antonio Ruda, de la Federación de Comercio y Hostelería, ha calificado el informe de 'absolutamente impresentable'. Lo que tendría que hacer la Inspección de Trabajo es 'repasar la Constitución para darse cuenta de que nadie puede ser vejado ni marginado por las cuestiones que se pusieron de manifiesto en esas entrevistas'.

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