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800 trabajadores de ambulancias empiezan una huelga indefinida

Sanidad decreta unos servicios mínimos que rondan el 100% de la actividad habitual

Más de 3.000 enfermos trasladados al día, 800 trabajadores, 500 ambulancias y 14 empresas. Estas cifras resumen el transporte sanitario en la región, un sector que desde las cero horas de hoy está en huelga indefinida. Los trabajadores, que reclaman mejoras salariales y laborales, decidieron anoche incumplir los servicios mínimos decretados por la Consejería de Sanidad y que son de casi el 100%. CC OO y UGT, los dos sindicatos del sector, han decidido 'acatar' la decisión de los trabajadores, mientras el Gobierno regional confía en que las ambulancias circulen.

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'Los trabajadores de las ambulancias tienen que hacer jornadas de 12 horas para ganar 700 euros al mes. Que nadie piense que esto es un chantaje ni que queremos jugar con la salud de los pacientes. La huelga es el último intento de los 800 trabajadores del sector para alcanzar unas condiciones laborales dignas', insistían ayer los responsables de UGT y CC OO, que concentran el 100% de los delegados en el sector. Sindicatos y empresarios no se ponen de acuerdo en la negociación del que sería el primer convenio regional del transporte sanitario.

Según los sindicatos, el salario base de un conductor de ambulancias no supera los 10.200 euros brutos al año. El de un camillero es un 10% inferior. Ésta es la cantidad que cobran por la jornada de ocho horas, a la que añaden casi tres euros por cada una de las cuatro horas diarias que permanecen 'en espera'. Un empleado está 'en espera' cuando está sin trabajar, pero a disposición de la empresa, por si fuera necesaria su intervención. Ametra, la asociación empresarial del sector, admite estas cantidades, aunque señala que en algunos casos son 'ligeramente superiores'.

Los trabajadores exigen una paga única de 420 euros este año y un aumento salarial de 90 euros al mes a partir del próximo enero. Las empresas han accedido a entregar una paga de 60 euros este año; a subir el salario 30 euros al mes en 2003 y otros 60 en 2004. Los empleados también reclaman que las horas 'en espera' sean consideradas como horas extradordinarias, lo que multiplicaría casi por cuatro sus ingresos por este concepto.

En desacuerdo

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'Las empresas del sector estamos dispuestas a negociar y hemos cedido allí donde nos ha sido posible, pero la situación del sector nos impide ir más allá en nuestras concesiones', explicó una portavoz de la patronal de ambulancias. Trabajadores y empresas mantuvieron ayer una reunión en la que no alcanzaron ningún acuerdo.

Esta huelga puede agravar aún más las deficiencias que vienen soportando este año miles de enfermos y pacientes de la sanidad pública. Estas deficiencias, denunciadas por pacientes y médicos en los últimos meses, han motivado la apertura por parte de la Consejería de Sanidad de tres expedientes sancionadores contra la Unión Temporal de Empresas (UTE) que gestiona el transporte sanitario en la región.

Los trabajadores se niegan a cumplir los servicios mínimos decretados por Sanidad por considerarlos excesivos. Estos servicios mínimos son del 100% en los servicios urgentes; en los traslados para acudir a diálisis, quimioterapia y radioterapia; en los traslados a casa de los enfermos que ya hayan recibido el alta hospitalaria; en los traslados entre hospitales; en las bases de ambulancias con un solo vehículo y entre los trabajadores del centro donde se coordina la recepción de llamadas y los viajes de las ambulancias. En las bases de ambulancias con más de un vehículo, los servicios mínimos son del 50%.

El Gobierno regional explicó ayer que el cumplimiento de los servicios mínimos es una obligación de los trabajadores y de la empresa y que confía que no deban abrirse procesos sancionadores por este motivo.

Según un portavoz de Ametra, casi todos los trabajadores se habían negado a recoger la carta en la que se les pedía el cumplimiento de los servicios mínimos y se les comunicaba su turno de trabajo.

Los 800 empleados convocados a la huelga trabajan en las 14 empresas del sector que forman Ametra, la organización empresarial del sector en la región. Doce de estas compañías son las que forman la UTE que tiene concertados con la Consejería de Sanidad dos servicios básicos de la sanidad pública: el transporte no urgente -llevar a un paciente de diálisis al hospital, o llevar a casa a un enfermo que ha recibido el alta hospitalaria, por ejemplo- y el servicio urgente de ambulancias -aquellos en los que el paciente está enfermo o herido, pero sin que que su vida esté en peligro-. No están llamados a la huelga los empleados de los servicios de emergencias (Samur, Sercam y Summa) dependientes de las administraciones públicas.

Los taxis, posible alternativa

A falta de ambulancias, bienvenidos sean los taxis. Esta medida, que la Consejería de Sanidad anunció la pasada semana como algo 'excepcional y transitorio' y destinado a paliar las deficiencias que los pacientes denuncian en el transporte sanitario, puede convertirse hoy en algo habitual si, como los empleados decidieron ayer, ninguno de ellos acepta cumplir los servicios mínimos fijados por el Gobierno regional.Sanidad es el mayor cliente del sector de las ambulancias, con un concierto que alcanza los 50 millones de euros para dos años, lo que viene a suponer más del 80% de la facturación del sector, según los empresarios. Una unión temporal de empresas (UTE), en la que están asociadas 12 de las 14 empresas del sector, atiende este concierto y, en los últimos meses, ha sido acusado de ofrecer un servicio de mala calidad, con largos retrasos. Pese a la importancia del concierto, Sanidad poco puede hacer para evitar las molestias a los pacientes, según el Gobierno regional. Insistir en el cumplimiento de los servicios mínimos, y abrir expedientes sancionadores en el caso de que no se cumplan, serían sus únicas alternativas. Y esto incluso cuando los propios trabajadores han reiterado -la última vez, anoche, y en asamblea- que no piensan cumplir unos servicios mínimos que alcanzan casi el 100% en todos los servicios.Más de 400 ambulancias circulan por la región durante las mañanas, en las horas de mayor actividad en los hospitales y centros de especialidades de la región. Casi un 90% de ellas, las pertenecientes a las empresas de la UTE, lo hacen a cuenta de la Consejería de Sanidad, y el resto, para otras entidades aseguradoras, ya sean públicas o privadas.En los últimos meses han arreciado las críticas contra el servicio ofrecido por la UTE, con esperas eternas que los enfermos debían soportar. En 6.134 ocasiones entre junio y agosto pasados, la UTE no ha sido capaz de ofrecer el servicio que se le había solicitado y Sanidad ha tenido que pedir a la Cruz Roja o a las ambulancias municipales que atendieran a los pacientes.Sanidad tiene en marcha un expediente sancionador por este motivo y otro por las más de 3.000 denuncias recibidas por otros tantos servicios mal prestados. En un último intento para paliar los retrasos, Sanidad anunció la semana pasada que los enfermos podían coger un taxi cuando la ambulancia llegara demasiado tarde, algo que hoy podría suceder de forma generalizada.

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