Interior atribuye a dos detenidos en Francia el atentado de Santa Pola
El coche bomba mató a un hombre y a una niña de seis años
Óscar Zelarain y Andoni Otegi, detenidos en Francia el pasado 20 de septiembre, son los presuntos responsables del atentado cometido por ETA el pasado 4 de agosto en Santa Pola y que costó la vida a un hombre de 57 años y a una niña de seis, así como heridas a otras 25 personas, según informaron ayer fuentes de la lucha antiterrorista dependientes del ministerio del Interior. A los presuntos etarras se les intervino un vídeo con imágenes del cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola donde la banda situó el coche bomba.
Zelarain y Otegi fueron detenidos en la localidad francesa de Bagneres de Luchon, cerca de Toulouse, el 20 de septiembre, un día antes de que cruzaran la frontera con España. La detención fue consecuencia de la operación policial llevada a cabo el 16 de septiembre y en la que fueron arrestados dos de los máximos dirigentes de ETA: Juan Antonio Olarra y Ainhoa Mujica Goñi.
Según la información facilitada en su día, a Zelarain y Otegi se les intervino dos pistolas, planos de las ciudades de Madrid y de Valencia, así como información pormenorizada de posibles objetivos. Pero fuentes de la lucha antiterrorista han señalado que entre la documentación hallada se encontraba un vídeo en el que aparecían numerosas imágenes del cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola, contra el que la banda terrorista atentó el pasado 4 de agosto.
Según las mismas fuentes, Zelarain y Otegi, ambos de 27 años, permanecieron en un camping de Santa Pola entre el 27 de julio y el 4 de agosto, día que se cometió el atentado. También alquilaron en esas fechas un ciclomotor que jamás devolvieron. A los dos presuntos terroristas se les atribuye también el atentado contra una hamburguesería de la localidad alicantina de Torrevieja, el 9 de agosto, en el que se utilizaron cuatro kilos de explosivos.
En esa ocasión no hubo que lamentar daños personales porque la organización terrorista avisó al diario Gara a la una de la tarde, una hora antes de que hiciera explosión el artefacto. En la misma llamada al periódico, ETA avisó de que habían enterrado una bomba en la playa de Santa Pola. El artefacto, que contenía ocho kilos de cloratita, no fue hallado hasta el 12 de agosto, tras una segunda llamada de los terroristas.
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