Avances e incertidumbres en la I+D
Claras mejoras y sombras de futuro conviven en el informe del Alto Consejo Consultivo
Agunos de los aspectos y magnitudes relevantes, especialmente las positivas, del último e inédito informe del Alto Consejo Consultivo en I+D de la Generalitat (ACC), fueron ya anticipadas por el presidente José Luis Olivas en la reunión plenaria de este organismo celebrada la pasada semana en Valencia. El presidente de la Generalitat subrayó que en 2000 'el gasto en I+D sobre el PIB valenciano se ha situado en el 0,74%, frente al 0,62% del año anterior' y que el número de investigadores valencianos supone, 'por primera vez, más del 8% del total nacional, mientras en 1999 sólo representaba el 6,6%'. Sin embargo, el informe del alto órgano consultivo, a un avance del cual (el Resumen ejecutivo) ha tenido acceso este diario, recuerda que tanto los valores de España como los de la Comunidad Valenciana mantienen una amplia distancia con los europeos, a pesar de que la UE 'ha ralentizado su nivel de gasto respecto a EE UU y Japón, y de que 'buena parte' de las autonomías y la Administración estatal 'ha obtenido recursos adicionales' de los fondos estructurales europeos.
En el ámbito europeo, el informe reitera reservas respecto al VI Programa Marco de I+D en curso, no coincidente con el 'entusiasmo' esperado por las autoridades comunitarias. Y es así porque los 'instrumentos privilegiados' para su ejecución (redes de excelencia y proyectos integrados), 'pueden conceder ventaja a los países más avanzados de la UE'. La organización y estructura del Sistema Valenciano de Innovación, y el español en general, 'no se encuentran adaptados, salvo en casos concretos, para asumir una posición de liderazgo' con esos instrumentos. Muestra 'decepción', por otra parte, ante los mensajes deslizados por la Comisión Europea sobre la 'dimensión regional europea', divergentes con la propuesta del ACC de crear 'un fondo europeo destinado a impulsar la convergencia en I+D de las regiones europeas', distinto en su base de los fondos estructurales regionales.
En el ámbito español, el avance general de la I+D coincide con la 'insatisfacción' que suscita en el Consejo 'el insuficiente alcance del mismo', que pide la 'asunción de un claro liderazgo de las instituciones públicas,' estatales y autonómicas' para la transformación del sistema.
También en el contexto español, el informe del Alto Consejo Consultivo (ACC) refleja la 'preocupación que provoca la pérdida o infrautilización del talento humano que, más que en cualquier momento de nuestra historia, se encuentra presente entre los jóvenes investigadores españoles'. En parte, el aumento general del personal investigador registrado en 2000, señala como previsible 'razón más acusada' haber contabilizado todos los becarios como parte del colectivo.
Por lo que se refiere al estado de la I+D en la Comunidad Valenciana, mientras describe como 'positiva' la trayectoria de las universidades, destaca que los 'resultados menos brillantes' se aprecian en el conjunto de los organismos públicos de investigación (OPIs), en particular por la evolución de su gasto en I+D, y que el mayor avance ha sido el registrado por el sector empresarial.
En el último pleno del ACC, José Luis Olivas se refirió al informe para resaltar el esfuerzo de la Generalitat en I+D, al aplicarse 'entre 1995 y 2001 más de 99 millones de euros, desde los planes de inversiones en las universidades a las infraestructuras en I+D'. Algunos aspectos cualitativos de esas inversiones, no obstante, han de ser tenidos en cuenta. El ACC expresa preocupación 'ante la participación obtenida por las inversiones dirigidas a I+D, contempladas en el I y II Plan de Inversiones' de las universidades valencianas, destinadas a paliar 'la ausencia de espacios básicos' para el desempeño de la función docente. El ACC teme que en el futuro 'se produzca la paulatina infrautilización de espacios y dotaciones' vinculados a la docencia, 'mientras se acrecientan las necesidades para servicios de I+D, la ubicación de empresas spin-off, etcétera'.
El ACC muestra su satisfacción por la creación en 2001 de la RUVID, como 'red propia' de las universidades valencianas para potenciar de forma conjunta iniciativas en I+D, al tiempo que sugiere se le proporcione 'un funcionamiento ágil y con la autonomía precisa para adoptar decisiones que sean vinculantes y aplicables con la mayor rapidez, en correspondencia con la relevancia que éstas puedan adquirir para el conjunto del Sistema Valenciano de Innovación'. El informe echa de menos un impulso asociativo similar en las empresas, del mismo modo que demanda una mayor articulación entre los distintos elementos del sistema: Gobierno central y autonomías, empresas y centros de investigación, etc.
Según un estudio del Consejo sobre la cooperación entre las comunidades académica y empresarial, el 73 % de los académicos colabora 'poco o nada' con las empresas. Por otra parte, la mayoría de las empresas 'prefiere relacionarse' con los académicos en actividades no relacionadas con la I+D. Sobre los factores que dificultan la relación, ambos agentes citan el desconocimiento que las empresas tienen sobre 'la investigación que llevan a cabo las universidades y la falta de recursos financieros para realizar actividades de I+D e innovación'.
Incentivos
Sugiere el informe del ACC que en las universidades 'se generalice el uso de incentivos internos' para investigadores, entre los que señala 'la conveniencia de incluir la reducción de las obligaciones docentes'. También muestra interés porque 'se mantenga un fluido diálogo entre las universidades físicamente cercanas' en lo relativo al 'desarrollo de diversas infraestructuras que prevén la proximidad de centros científico-tecnológicos y empresas'. Por otro lado, considera 'deseable' una cierta especialización funcional entre las universidades y la Generalitat en cuanto a ayudas de apoyo a la investigación, de manera que las de baja cuantía, 'como asistencia a congresos y otros eventos', y que precisan una 'rápida respuesta en el tiempo', sean asumidas por las primeras y el Gobierno se especialice en iniciativas más complejas.
La producción científica global de la Comunidad, medida a través de las publicaciones registradas en bases de datos nacionales, era la cuarta del Estado en 1999, detrás de Madrid, Cataluña y Andalucía. Por instituciones, son las universidades las más productoras (sobre todo, la de Valencia, muy por delante de las demás), con un 56% del total, seguidas de los hospitales universitarios y el CSIC, todas ellas íntimamente relacionadas.
Sin embargo, y a partir de bases de datos internacionales, la productividad científica (número de artículos publicados anualmente por cada 100 investigadores) de la Comunidad, es la que más ha crecido entre los años 1990 y 1999 en todo el Estado. En este último año, los científicos valencianos publicaron 89 artículos por cada 100 investigadores (58 fue la media nacional). El ACC concluye que la producción científico-técnica de la Comunidad 'está a un nivel acorde con la importancia de su población y economía' (un 10,6% de la producción española). Respecto a otros indicadores de la actividad científica, 'es la tercera productora de patentes', detrás de Cataluña y Madrid y la cuarta en lectura de tesis doctorales.
También en el contexto español, el informe del Alto Consejo Consultivo (ACC) refleja la 'preocupación que provoca la pérdida o infrautilización del talento humano que, más que en cualquier momento de nuestra historia, se encuentra presente entre los jóvenes investigadores españoles'. En parte, el aumento general del personal investigador registrado en 2000, señala como previsible 'razón más acusada' haber contabilizado todos los becarios como parte del colectivo.
Por lo que se refiere al estado de la I+D en la Comunidad Valenciana, mientras describe como 'positiva' la trayectoria de las universidades, destaca que los 'resultados menos brillantes' se aprecian en el conjunto de los organismos públicos de investigación (OPIs), en particular por la evolución de su gasto en I+D, y que el mayor avance ha sido el registrado por el sector empresarial.
En el último pleno del ACC, José Luis Olivas se refirió al informe para resaltar el esfuerzo de la Generalitat en I+D, al aplicarse 'entre 1995 y 2001 más de 99 millones de euros, desde los planes de inversiones en las universidades a las infraestructuras en I+D'. Algunos aspectos cualitativos de esas inversiones, no obstante, han de ser tenidos en cuenta. El ACC expresa preocupación 'ante la participación obtenida por las inversiones dirigidas a I+D, contempladas en el I y II Plan de Inversiones' de las universidades valencianas, destinadas a paliar 'la ausencia de espacios básicos' para el desempeño de la función docente. El ACC teme que en el futuro 'se produzca la paulatina infrautilización de espacios y dotaciones' vinculados a la docencia, 'mientras se acrecientan las necesidades para servicios de I+D, la ubicación de empresas spin-off, etcétera'.
El ACC muestra su satisfacción por la creación en 2001 de la RUVID, como 'red propia' de las universidades valencianas para potenciar de forma conjunta iniciativas en I+D, al tiempo que sugiere se le proporcione 'un funcionamiento ágil y con la autonomía precisa para adoptar decisiones que sean vinculantes y aplicables con la mayor rapidez, en correspondencia con la relevancia que éstas puedan adquirir para el conjunto del Sistema Valenciano de Innovación'. El informe echa de menos un impulso asociativo similar en las empresas, del mismo modo que demanda una mayor articulación entre los distintos elementos del sistema: Gobierno central y autonomías, empresas y centros de investigación, etc.
Según un estudio del Consejo sobre la cooperación entre las comunidades académica y empresarial, el 73 % de los académicos colabora 'poco o nada' con las empresas. Por otra parte, la mayoría de las empresas 'prefiere relacionarse' con los académicos en actividades no relacionadas con la I+D. Sobre los factores que dificultan la relación, ambos agentes citan el desconocimiento que las empresas tienen sobre 'la investigación que llevan a cabo las universidades y la falta de recursos financieros para realizar actividades de I+D e innovación'.
Incentivos
Sugiere el informe del ACC que en las universidades 'se generalice el uso de incentivos internos' para investigadores, entre los que señala 'la conveniencia de incluir la reducción de las obligaciones docentes'. También muestra interés porque 'se mantenga un fluido diálogo entre las universidades físicamente cercanas' en lo relativo al 'desarrollo de diversas infraestructuras que prevén la proximidad de centros científico-tecnológicos y empresas'. Por otro lado, considera 'deseable' una cierta especialización funcional entre las universidades y la Generalitat en cuanto a ayudas de apoyo a la investigación, de manera que las de baja cuantía, 'como asistencia a congresos y otros eventos', y que precisan una 'rápida respuesta en el tiempo', sean asumidas por las primeras y el Gobierno se especialice en iniciativas más complejas.
La producción científica global de la Comunidad, medida a través de las publicaciones registradas en bases de datos nacionales, era la cuarta del Estado en 1999, detrás de Madrid, Cataluña y Andalucía. Por instituciones, son las universidades las más productoras (sobre todo, la de Valencia, muy por delante de las demás), con un 56% del total, seguidas de los hospitales universitarios y el CSIC, todas ellas íntimamente relacionadas.
Sin embargo, y a partir de bases de datos internacionales, la productividad científica (número de artículos publicados anualmente por cada 100 investigadores) de la Comunidad, es la que más ha crecido entre los años 1990 y 1999 en todo el Estado. En este último año, los científicos valencianos publicaron 89 artículos por cada 100 investigadores (58 fue la media nacional). El ACC concluye que la producción científico-técnica de la Comunidad 'está a un nivel acorde con la importancia de su población y economía' (un 10,6% de la producción española). Respecto a otros indicadores de la actividad científica, 'es la tercera productora de patentes', detrás de Cataluña y Madrid y la cuarta en lectura de tesis doctorales.
Dudas varias en la I+D
Si bien 'la situación que refleja el Alto Consejo Consultivo denota mejoras en la I+D', puntualiza el portavoz del PSPV en investigación y nuevas tecnologías, José Ignacio Pastor, 'el marco general es de incertidumbre e inseguridad'. Para abonar esta tesis, Pastor se remite a las propias reservas del informe sobre los cambios de criterios estadísticos en 2000, que afectan especialmente a las consideraciones sobre innovación en las empresas y al aumento de investigadores. Por otro, a 'la falta de liderazgo de los poderes públicos', que 'obstaculiza una política de I+D a medio y largo plazo'. El PSPV apuesta, en este sentido, por la creación de una macroconsejería que englobe todo lo relacionado con la innovación y una estructura de alto nivel en la que converjan las universidades, como principal motor de la investigación, y el Gobierno.
A la incertidumbre contribuye el VI Programa Marco, que puede repercutir negativamente 'en sistemas que, como el valenciano, tienen como grupo-tipo el integrado por tres investigadores'. El portavoz socialista señala tambien que 'no es muy alentador que el informe reitere como asignatura pendiente la mala articulación e integración del sistema valenciano de I+D+I'.
Aunque desde el PSPV se 'congratulan' por el avance en determinados indicadores sobre la I+D, 'hay tasas relativas que son insatisfactorias'. Entre ellas, Pastor cita las ratios de intensidad en innovación e I+D, en relación con el volumen de negocio de las empresas, que 'se han reducido considerablemente en el periodo estudiado'.
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