Arte joven
Desgraciadamente, es inusual que los que andamos metidos de una forma u otra en esto de la creación recibamos suficiente atención por parte de las instituciones, sobre todo en los difíciles comienzos. Pero resulta especialmente triste, si no cruel, que una propuesta que sólo puede despertar admiración y asombro en quienes la conocen y disfrutan, sea despreciada por aquellos que, a pesar de que los gestionan, no parecen tener ningún interés (confesable) por el arte o la cultura. Esto es lo que ha sucedido con los amigos de Sala de eStar.
Sala de eStar es un espacio de arte puesto en marcha por ocho jóvenes supervivientes de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla. En septiembre del pasado año alquilaron un magnifico espacio en el centro de la ciudad que pretendían utilizar como estudio. Sin embargo, llevados por su entusiasmo y su generosidad, pensaron que una buena parte de este espacio (las dos habitaciones más grandes y mejor iluminadas) podría destinarse a acoger las propuestas de exposición más interesantes y rompedoras que recibiesen. Sólo gracias a este entusiasmo puede explicarse que hayan conseguido programar una exposición al mes durante siete meses, con un nivel medio que ya quisieran algunas galerías, cuidando con profesionalidad y mimo todos aquellos aspectos que hacen de la sala un lugar apetecible para cualquier artista joven. Este trabajo admirable y concienzudo, verdadera gestión cultural independiente, se realiza sin ninguna finalidad comercial: ni la obra está a la venta, ni se cobra a los artistas por disponer del espacio. Todo está financiado casi exclusivamente por los miembros de Sala de eStar, sin ningún tipo de subvención pública y contando tan sólo con la simbólica aportación de algunos (pocos) socios colaboradores que abonan una modestísima cuota anual.
Respaldados por toda una temporada cuajada de actividades (exposiciones, happenings, presentaciones de discos) decidieron presentar su proyecto a la convocatoria de subvenciones a proyectos e iniciativas culturales llevada a cabo por el Ayuntamiento de Sevilla. No se trataba de vender humo, sino de pedir la mínima atención por parte de las instituciones, a un proyecto ya en marcha. Sin embargo, parece que los responsables del casposo binomio 'cultura y fiestas mayores' están por otras cosas y prefirieron ignorar la labor más importante, constructiva y (por qué no decirlo) absolutamente cool que se hace por el arte emergente en toda Andalucía. La única razón para felicitarse por este desenlace es que la rabiosa independencia de Sala de eStar quedará a salvo y que su actividad va a continuar (estad seguros de ello) sin tener que rendir cuentas al concejal de turno.
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