Un guardia civil solicita vivir con su novio en una casa cuartel de Mallorca
La solicitud del agente es la primera de este tipo en la historia del instituto armado
Primero entraron mujeres al servicio de armas en la Guardia Civil. Luego vino la disolución de la 'pareja de la benemérita', la única que, según los chistes antiguos, no se besaba. Este verano corrió un aire de democratización con las elecciones al consejo asesor. El PSOE quiere eliminar las casas cuartel para que sean simples comisarías, sin familias dentro. Muchos cambios para un solo cuerpo, que ahora tiene ante sí un nuevo dilema de modernidad: ¿puede un agente gay convivir con su pareja en una casa cuartel? Un guardia de Mallorca va a plantear pasado mañana a sus mandos esa posibilidad.
La respuesta no parece sencilla, ya que es la primera vez que se plantea en el instituto armado en toda su historia, pero la Guardia Civil la tendrá que responder con un sí o un no. La petición va a ser cursada el lunes por un agente destinado en el acuartelamiento de Vilafranca, quien pretende que le sea adjudicado un pabellón (nombre que reciben las viviendas propias del instituto) para poder residir en él con su actual pareja, que vive en otro municipio de la isla.
El agente y su compañero sentimental están inscritos en el registro de parejas de hecho del Gobierno balear, que ha registrado 39 anotaciones este año. La existencia de esta inscripción es fundamental, ya que hace que la pareja cumpla uno de los requisitos exigidos en la orden General número 54 de la Guardia Civil (modificada por otra instrucción idéntica el 7 de marzo de 1997), que regula desde el 8 de agosto de 1994 quién tiene derecho a residir en una casa cuartel.
El artículo 16 de ese texto establece en su apartado uno: 'Podrán habitar en el pabellón el adjudicatario, su cónyuge y los familiares de ambos hasta el segundo grado de parentesco. Para el resto de personas se requerirá autorización escrita del mando que tenga facultad para la adjudicación'. Dicho así, la respuesta a tan novedosa petición sería negativa.
Pero el mismo artículo 16, quizás porque cuando Ferran Cardenal de Alemany (sustituto de Luis Roldán) firmó la orden el matrimonio canónigo ya no era universal en España, incluye´ el siguiente punto dos: 'A efectos del presente artículo, tendrá la consideración de cónyuge la persona unida al titular por una relación afectiva y estable, análoga a la del matrimonio. La apreciación de la estabilidad de tal unión compete en todo caso al mando inmediatamente superior con competencia en la adjudicación de pabellones del que dependa el mando que adjudique el pabellón'.
El agente, cuya identidad queda aquí reservada tras negarse a hacer declaraciones, entiende que tiene derecho, ya que hace una interpretación de 'la institución análoga al matrimonio' que no se circunscribe solamente a las parejas heterosexuales. Y sostiene que el requisito de estabilidad queda demostrado con su inscripción en el registro del Gobierno balear.
La noticia, adelantada por el diario Última Hora, ha sorprendido, cuando menos, en la Dirección General de la Guardia Civil, un cuerpo que en diciembre de 1998 sufrió un ataque informático en su página web oficial por el que se desviaba a todos los usuarios que se conectaban con ella a un sitio de contenido gay.
Las fuentes consultadas ayer rehusaron pronunciarse sobre el asunto. Carecen de información dado que la propuesta aún no ha sido presentada, y remitieron a la orden que regula la adjudicación de pabellones. Eso sí, subrayaron lo insólito de la petición, que será entregada con todos los documentos el lunes por el abogado que representa al guardia civil peticionario.
La Federación Estatal de Lesbianas y Gays hizo ayer mismo un llamamiento a la Dirección de la Guardia Civil para que sea 'sensible' y responda favorablemente a la petición. 'Ya han salido del armario gente de la Iglesia, del Ejército y ahora le toca a la Guardia Civil', declaró Pedro Zerolo, presidente de la federación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.