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Atentado racista en Suráfrica con nueve bombas contra Soweto

El Gobierno surafricano investiga a miembros de la extrema derecha en el seno de la Policía y del Ejército como presuntos autores o inductores de los atentados de Soweto, los más graves desde el final del apartheid. Ningún grupo ha reivindicado las nueve bombas que estallaron en la madrugada del miércoles en la principal barriada negra, cercana a Johanesburgo, y que dejaron un muerto y un herido.

Soweto saltó a la primeras páginas en 1976, cuando miles de estudiantes iniciaron una protesta contra el apartheid, revuelta que se extendió por todo el país, y que sólo terminó con la llegada al poder de Nelson Mandela.

El presidente surafricano, Thabo Mbeki, aseguró en televisión que las autoridades estaban al tanto de los intentos de grupos de extrema derecha de desestabilizar el Ejecutivo. Su ministro de Defensa, Mosiuoa Lekota, fue más preciso: 'Son un grupo racialmente orientado (...). No representan a la mayoría de los afrikáners..., sino a un residuo dentro de las Fuerzas de Defensa Nacional surafricana y del Servicio de Policía'. Afrikáners es el nombre de los descendientes holandeses que colonizaron Suráfrica hace 500 años.

El ministro de Justicia, Penuell Maduna, dijo que 'se trata de enemigos de este país, que no les gusta el nivel de tranquilidad y de paz que hemos logrado juntos blancos y negros después de una difícil historia. Hay una organización con transporte y dinero'.

El Ejército surafricano es una almagama de soldados de la vieja guardia, la que defendió el sistema de segregación racial, y de líderes del movimiento guerrillero de Nelson Mandela, que abandonaron la lucha armada después de que se iniciara en 1994 una transición pacífica a la democracia.

Primeras señales de alerta

Las primeras señales de alerta de la existencia de un grupo de extrema derecha aparecieron en abril, cuando la policía informó de que había logrado desbaratar un intento de golpe de Estado. Poco antes de la Cumbre de la Tierra, que tuvo lugar en Johanesburgo a finales de agosto y principios de septiembre, aparecieron algunas noticias de posibles atentados. En septiembre, 15 blancos fueron detenidos y acusados de traición y terrorismo. El miércoles, la policía detuvo a otros dos, pero aclararon que no tienen relación con los atentados en Soweto. Tres de los acusados son ex miembros del Ejército.

Ningún analista político cree que un grupo de extrema derecha puede lograr el poder, pero sí dañar el delicado equilibrio racial. Las bombas han dejado al descubierto cuán frágiles son las relaciones entre blancos y negros ocho años después del fin del régimen racista del apartheid.

Este peligro de desestabilización es evidente. Un ejemplo de la fragilidad del equilibro racial: ayer, en un conocido programa de radio, el Show de Tim Mudise, entre los llamamientos a la cordura y la calma, varios oyentes telefonearon para insultar a los blancos; otros, para insultar a los negros. Todos empezaron proclamando que no eran racistas.

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