¿Un anestésico, un gas del KGB o un arma norteamericana?
Víctor Fominij, jefe del departamento de reanimación del centro médico del Kremlin, dijo ayer que 'no se utilizaron sustancias tóxicas militares', y reiteró la posición oficial de que es 'un anestésico general' de uso quirúrgico. Pero fuentes oficiosas achacaron el origen del gas paralizante a experimentos secretos del KGB soviético en la guerra fría, mientras el organismo Memorial de Derechos Humanos acusó a los servicios de seguridad de 'usar armas químicas'.
Unos especialistas dijeron que los servicios de seguridad tienen entre sus armas el gas kolokol (campana), heredado de la URSS, y otros manifestaron que por su acción instantánea y efectos podría tratarse de un arma química norteamericana o británica. Tal vez el gas produciría efectos similares a los de la seta venenosa amanita muscaria. Existen versiones como el BZ o el QND, usados según denuncias en Yugoslavia, Mozambique e Irak. Con efectos paralizantes, de acuerdo con fuentes médicas, el problema radica en la concentración, mortal para el 50% de las personas encerradas en un local en sobredosis de 200 gramos por minuto por cada metro cúbico de aire.
Un laboratorio del KGB
'Sí, hubo gas, y se empezó a bombear media hora antes del asalto al teatro', declaró al diario Izvestia un agente del grupo Alfa, unidad de élite antiterrorista. Otro agente secreto declaró a Moskovski Komsomólets que 'el gas utilizado se elaboró en un laboratorio del KGB', entre otras armas que 'siguen considerándose como de las más perfectas del mundo'. Políticos, médicos y familiares de las víctimas presionaron contrarreloj al Kremlin para conocer al menos cómo atajar el saldo mortal, paulatinamente creciente desde la operación antiterrorista el sábado en el teatro Dubrovka.
Un responsable estadounidense manifestó ayer que el gas utilizado por las autoridades rusas era probablemente una sustancia a base de opiáceos. 'Las primeras indicaciones procedentes de Moscú muestran que este gas era probablemente a base de opiáceos', declaró este responsable, que quiso permanecer en el anonimato. 'Esto querría decir que no contraviene la convención sobre la prohibición de armas químicas', afirmó la citada fuente.
Este responsable se negó a dar más detalles sobre las informaciones de que dispone Estados Unidos para avanzar esta probabilidad y se contentó con insistir ante Moscú para que le dé explicaciones precisas sobre la naturaleza del gas empleado.
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