'España debe controlar las diferencias entre ricos y pobres'

Omar Noman, paquistaní, es el encargado de redactar un informe de la ONU, el del desarrollo humano, que en los últimos años no ha sido nada positivo para España. Tercer peor lugar de la UE en índice general, está en la novena posición europea en cuanto a la mayor diferencia entre el 20% más rico y el más pobre, mientras en 1999 estaba a la cabeza en igualdad social. Noman ha expuesto estos días en el Congreso el informe, y allí los diputados, incluso los del PP, han reconocido los problemas en España que resalta el estudio.

Pregunta. ¿Por qué cree que España, pese a su desarrollo económico, es el tercer país de la UE peor en desarrollo humano?

Respuesta. Un ranking de 21 en el mundo no es malo. Claro, que aquí se compara con el resto de Europa. El índice está construido sobre tres ejes: esperanza de vida, nivel educativo y renta per cápita. En el primero tiene el tercero del mundo. Pero en es el último donde España cae más. Creo que mejorará, porque es uno de los países europeos que más está creciendo y más rápido.

P. Sin embargo, ese crecimiento ha llevado a España al medio de la tabla europea en términos de diferencia entre ricos y pobres, cuando en 1999 era la más igualitaria.

R. Éste es un asunto muy delicado, porque se origina en una decisión política. Miremos el caso del Reino Unido. En los años ochenta, con Thatcher, sufrió un aumento brutal de las desigualdades. Y tal vez eso ha hecho tan populares a los laboristas, que volvieron al poder. Si España no controla esas diferencias entre ricos y pobres que están creciendo, este asunto podría convertirse, como en el Reino Unido, en eje de la política y provocar conflictos sociales. Lo que no sabemos es si ese índice que crece en España se debe a diferencias regionales, que aquí son fuertes y con una larga tradición, o a una política impositiva que no redistribuye. No forma parte del estudio.

P. ¿Pueden reducirse esas diferencias en España?

R. A largo plazo, el aumento de las desigualdades se debe a políticas públicas. Obsérvese el caso de Rusia, donde se ha pasado de la igualdad total a las mayores diferencias, a nivel de Brasil, precisamente porque no hay política redistributiva. No ha pasado lo mismo en China, por ejemplo. España debe tener cuidado con este índice de desigualdad, porque el hecho de ser el país con más paro de Europa complica las cosas.

P. ¿Por qué alaba el informe el papel de la mujer española?

R. Es uno de los puntos más positivos que destaca el estudio. El Parlamento, por ejemplo, tiene uno de los porcentajes de diputadas más altos del mundo. Una prueba del nuevo poder de las españolas es que, pese a ser un país profundamente católico, como Italia, tiene uno de los índices de natalidad más bajos del mundo. No es que esto sea positivo, pero muestra la incorporación de la mujer al trabajo. Ha habido una transformación brutal en una sola generación.

P. ¿Cree que el nivel español de cooperación al desarrollo es suficiente?

R. España podría ser un modelo para muchos países pobres. No sólo por su desarrollo democrático, sino por el crecimiento económico. Debe darse cuenta además de lo importante que ha sido para este país la ayuda de otros, sobre todo europeos.

P. ¿Cree que países como España pueden permitirse un índice de pobreza por encima del 10%, como resulta del informe?

R. Es menor que el de EE UU, que es el más alto de los occidentales, con el 17%, y ejemplo de impuestos bajos y escasa redistribución. En un momento de crisis como éste todos los países deberían centrarse en no dejar que su índice de pobreza siga creciendo.