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Entrevista:DOMINGO CAVALLO | Ex ministro de Economía de Argentina

"El FMI demora un acuerdo con Argentina que es de cajón"

Luce más delgado y menos vehemente que en sus días de superministro de Economía de Argentina, bajo los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, aunque no ha perdido un ápice de su mirada inquietante. Domingo Cavallo, padre de la apertura económica de los noventa y del corralito financiero, pasó por Madrid, invitado a dar una conferencia por la Asociación Internacional de Expertos en Finanzas, y aprovechó el contacto con la prensa para desgranar sus ideas sobre el presente y el pasado inmediato del país suramericano.

'Me resulta incomprensible la actitud del Fondo hacia Argentina', dispara de entrada Cavallo, en referencia a las complejas negociaciones entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Argentina en pos de un acuerdo. 'El Fondo demora un acuerdo con Argentina que es de cajón y no lo entiendo, si sólo se trata de una espera en los pagos, ya que es absurdo pretender que Argentina use sus reservas para amortizar capital cuando ni siquiera está pagando los intereses al resto de los acreedores', afirma quien fuera considerado en su época como 'el hijo mimado del FMI'.

Cavallo no comparte la opinión de aquellos analistas, entre los que se ubica el premio Nobel Joseph Stiglitz, que entienden que la economía argentina ya comenzó su recuperación. El ex ministro prefiere guardarse el optimismo para el futuro: 'La verdad está en el medio de Stiglitz y de Hans Tietmeyer, ex presidente del Bundesbank , porque la economía aún no se está recuperando, pero puede hacerlo pronto y muy vigorosamente'.

El 'corralito' se desvirtuó

La atribución de la paternidad del corralito enfada a Cavallo, que comienza a calentar motores y sube el tono como en sus días de poder: 'Usaron el argumento del corralito para voltearme a mí y al Gobierno de De la Rúa'. El ex ministro sostiene que su idea fue desvirtuada por el actual Gobierno de Eduardo Duhalde, con la ampliación del cerrojo bancario a los depósitos a plazo fijo y la devaluación de la moneda local, el peso. 'La idea original era implantar una restricción temporal que afectaba sólo a las cuentas corrientes y de ahorro', afirma, aunque luego reconoce que la población no pensó lo mismo y acudió en masa a intentar retirar todo su dinero.

Cavallo está convencido de que la instauración del corralito fue una salida inevitable, aunque incomprendida: 'La alternativa era dejar caer una gran cantidad de bancos, hasta el 50% de las entidades podría haber quebrado y los ahorradores hubiesen quedado en una situación todavía peor'.

En cuanto al futuro, Cavallo cree que el posible trato con el FMI 'no significará para el país un pasaporte de regreso al mundo'. 'En Argentina hubo una demolición de las instituciones', sostiene, y ese paso se dará 'cuando se implementen las nuevas reglas de juego, con la ayuda de los organismos internacionales'.

El horizonte político argentino, ante las próximas elecciones de marzo no resulta enigmático para Cavallo. 'Hay suficientes líderes con experiencia a nivel regional y nacional como para sacar el país adelante', señala, aunque a la hora de elegir su candidato prefiere marear la perdiz y nombrar a casi todos, incluidos los ex presidentes Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá. 'Quiero ser cauto, y no voy a entrar en polémicas', se excusa.

El porvenir de Brasil, país que también tiene un serio problema para afrontar el pago de su deuda, depende, según Cavallo, de la actitud que tomen las nuevas autoridades, que 'tendrán que reestructurar la deuda de una manera ordenada, no como lo hizo Argentina, mediante la suspensión de pagos'.

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