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Koldobika Jauregi muestra su evolución creativa hacia el hierro

El escultor expone en San Sebastián sus trabajos más recientes

Koldobika Jauregi (Alkiza, 1959) sabe reconocer su lado más humano. 'Parece que el artista no tiene derecho a dudar y, al menos yo, dudo, dudo mucho durante el proceso creativo', afirma. Aunque, una vez acabadas sus obras, no lo parezca. El escultor, clave en el arte contemporáneo vasco, presenta hasta el 25 de noviembre algunos de sus trabajos más recientes en la galería Ekain Arte lanak de San Sebastián.

Xilografías sobre madera, esculturas, dibujos y collages resumen la evolución creativa de los últimos cuatro años hacia el hierro de este artista obsesionado por convertir en arte la naturaleza. La última vez que Jauregi expuso en San Sebastián, el pasado verano en la sede de Inasmet, se desnudó ante el público. Había preparado una muestra didáctica que detallaba los pasos del proceso de creación artística y dejaba al descubierto todos sus titubeos, la evolución de sus ideas, los materiales que fue desechando en el camino. Ahora sólo se expone a ser juzgado por el resultado.

El torso de madera de una mujer recibe al visitante a la entrada de la sala. Es un tema recurrente en su trayectoria, la figura humana, igual que la naturaleza. 'Aunque uno se cansa de verse todos los días sigue siendo la referencia constante', explica. 'Quizá es la constatación de que estás vivo. Estás vivo porque te sigues observando y sigues observando el entorno, aunque vaya deteriorándose'.

Jauregi presenta en Ekain Arte lanak la prueba de que continúa mirándose al espejo y de que es capaz de plasmar lo que ve en distintos formatos. En los últimos tiempos ha trabajado paralelamente la escultura y la obra gráfica, que en esta exposición se apoyan y se complementan. De las paredes de la sala cuelgan varias series de xilografías en madera, la mayoría con aire oriental y manchas de pan de oro. En unas se adivina la silueta de los árboles; en otras torsos humanos y en las terceras, manos. Todas, tienen su contrapunto escultórico en madera o en hierro, material que le ha cautivado recientemente. También existe un referente espiritual desdoblado en obra gráfica y en escultura. La serie se llama Almohadas de Buda. 'Los budistas dicen que somos un sueño y que el día que Buda se despierte habremos desaparecido', cuenta. 'Es una alusión a lo efímero'.

La exposición reúne una treintena de piezas. Pero entre todas, sorprenden las piezas de hierro. Porque el artista, que también ha trabajado el bronce y la piedra, siempre ha sentido predilección por la madera, 'la más noble'. Hasta hace bien poco no había explorado las posibilidades del hierro y ahora asegura que piensa seguir por ese camino. 'Continuaré con todos los materiales, pero ahora me interesa el hierro. Me ha parecido un hallazgo', señala. 'Por su densidad y porque me interesa una relación directa entre la materia y la energía'. Sus dudas estarán ahora también en la fundición.

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